y durmiendo de día,
en los respiradores del metro,
sobre un viejo colchón
en un banco, bajo un puente,
con un gran cartón.
Agotado por la angustia
de la soledad,
sin ilusión, sin esperanza,
recordando lo que no he vivido,
esperando lo que no he tenido,
compartiendo lo que es de otros
y deseando lo que al nacer
ya había perdido.
La noche llena de fantasía,
el día, del terror de la felonía.
Veo la gente y temo sus caras,
soy parte que no pertenece
viviendo un mundo de pura agonía.
El destino no existe,
el presente pesa,
el desahogo demente
y el amor carece.
Sufro dentro de mi,
no hay que expresarlo,
el miedo domina,
pero el coraje raudo.
Tomo de la vida
cuanto pueda
sin lìmite, sin medida,
esperando que el escape llegue
repentinamente.
Ruego a veces que venga
el ángel inclemente
me eleve, me lleve
me desconecte.
Quizá entonces
sin dolor, sin pesar,
encuentre sosiego
y descanse en paz.
Esta muy bueno este post, yo pienso que este poema refleja la vida triste de los indigentes, el aislamiento de la sociedad.
Gracias @adaboin. Duele en el alma ver personas en tal situacion.