He pasado más de 5 horas sentado en el piso de este lugar. Mis sentidos están tan despiertos que puedo oír la respiración de mi padre en lo alto de esa pared a mi izquierda. Separado de esta enorme habitación por un espejo unidireccional que me impide ver su rostro, pero que le aseguraba una perfecta vista del espectáculo que se repetía una y otra vez todos los viernes a las misma hora.
Era tan confuso como una persona con la capacidad de darle una buena vida y educación a su único hijo. Se afanara tan grandemente en convertirlo en un monstruo, en su guardaespaldas, en su asesino personal... Porque esa era la única razón por la cual todos los viernes entraba en esa habitación con un arma en la mano esperando a que una, dos, o tres personas (ex-convictos, personas con problemas mentales, y algunos locos de la calle) se convirtieran en mi juguete.
*SI LES GUSTA... SIGANME PARA LA SEGUNDA PARTE*
*MUY PRONTO*