A través de los años, todas las películas —e incluso algunas canciones como “Space Oddity” de David Bowie— nos han creado imágenes del espacio que pintan un lugar solitario, frío y terriblemente mortal donde, a falta de sonido y comunicación con la Tierra, se vuelve difícil mantener la cordura. Lo poco o mucho que sabemos del espacio nos dice que, al estar en el vacio, el sonido no se propaga; sin embargo, una de las maravillas del universo es que no necesita del aire para distribuir sus sonidos.
Es por esto que el descubrimiento de que sí hay sonido en el espacio es muy interesante. La gran diferencia es que éste se mueve mediante ondas electromagnéticas, las cuales no son percibidas por el oído humano. Para poder grabar los sonidos que estás por escuchar se utilizaron varias sondas e instrumentos especializados de la NASA que incluyen al satélite Voyager. Las ondas registradas se tradujeron a un sonido que podemos escuchar —mediante una composición musical creada por el hombre—. Los resultados son simplemente asombrosos.
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