Fotografía por: Brooke Cagle
Algunas veces sucede que solemos sentirnos atrapados en situaciones de las que no sabemos como escapar, creemos que no hay salidas o que son imposibles de conseguir. Pueden hacerte sentir todo tipo de emociones que a la larga solo traerán infelicidad a tu vida.
Por experiencia propia, la vida puede ser extremadamente dulce un día y infortunada al otro. Entonces llegan estas situaciones que arruinan todo, ¡Todo! No solo tu forma de vivir en sociedad, sino a ti, a tu manera de ver la vida, a tu forma de sentirte seguro, de ser lo que solías ser y ¿entonces qué?, ¿habrá una salida a todo eso que vino como la lluvia en un día soleado, bruscamente?
Fotografía por: Aarón Blanco Tejedor
A decir verdad lo que resulta más complicado es cambiar nuestros sentimientos hacia las situaciones, por que esto no es algo que podamos controlar, cuando sentimos que algo va mal nuestro orgullo quizás, no dejara que reaccionemos con anticipación, por lo que chocaremos con lo que esté ocurriendo ya que nuestra perspectiva se verá influenciada por las emociones y será ahí donde la ira y la frustración de querer revertir o volver al pasado vendrá con tanta fuerza que le dará cavidad a algo más… depresiones, inseguridad, ansiedad, miedo y entonces comienzan las inquietudes tan intensas y insoportables, pero de alguna forma logramos esconder eso que nos hiere de forma constante.
Puedes en algún punto salir de esas situaciones tan caóticas, pero las sensaciones no desaparecen, se quedan contigo quitándote preciados momentos, ya que no logras ver la belleza de vivir libremente sin restricciones o ataduras porque eres tú el que termino creándolas y ya no sabes como eliminarlas de tu sistema, solo permanecen contigo a la altura de acostumbrarte a vivir con ellas.
Yo misma he visto la fealdad de ellas, pero he luchado y salido de ese círculo vicioso, porque no podía soportar ver como desperdiciaba mi propia vida, así que decidí tratar, cada día trataba un poco de ser mas optimista, mas segura, de quererme más a mí y fue allí donde pateé las puertas que me contenían en mi resignación.
Fotografía por: Matt Lamers
Hoy en día le agradezco a dios por pasar por cada una de esas situaciones porque en realidad si cambiara algo de mi pasado, por mas pequeño que fuera, no seria la misma. Aunque mi perspectiva hacia lo que consideraba como verdad cambio y mucho, eso solo me hizo abrir para bien mis ojos, notar lo preciado que puede ser lo mas mínimo y que si se pueden hacer cambios positivos dentro de ti, tengas la edad que tengas, que todo comienza contigo y si te das la oportunidad de creer en ti sin perder la fe o esperanza, no tendrás obstáculos que no seas capaz de superar.
Aunque el mundo sería más sencillo sin tanto caos, son las duras lecciones de la vida la que te hacen aprender que lo bueno viene en dosis pequeñas y que es mejor disfrutarlo cuando lo tengas, que desperdiciar los momentos por preferir juzgar, envidiar o odiar a otros, inclusive estar en mejores momentos. El tiempo corre y si no vivimos las experiencias y el presente tal como es, enfrentando cada reto, nos arrepentiremos y eso es una de las peores emociones que tenemos, la vida no trae manuales, pero quizás si después de cada dura lección, nos levantamos con la frente en alto y decidimos que estamos preparados para los próximos retos, entonces seria mucho mas sencillo encontrar paz y felicidad.
Fotografía por: Graham Hunt