Ay Maracaibo, sigues sumergida en el caos, estas siendo muy maltratada, silenciada, y abandonada por quienes quizá todo un pueblo clama para escuchar una posible solución por tanto atropello después de haber dado tanto. Ojala y todos mantengan presente que realmente no están solos, son muchos como yo quienes estamos observando lo que sucede en su tierra y también hacemos lo que podemos para aportar algo.
Esto tiene que terminar pronto para que nuevamente sean un lugar que trae consigo mucha alegría, sabor y cultura que despierta el interés en muchos. Seguiré recordando esta tierra como mejor la pude observar, y a pesar de no haber nacido allí, después de 14 años arropándome con su calor, te defiendo hoy mas que nunca.