Conocer el significado de la palabra “crisis” resulta una tarea fácil, describir la amplitud de su alcance requiere un poco más de esfuerzo, vivir sus implicaciones exige valentía. Pero para salir de ella… no basta el conocimiento, ni las raíces, se necesita accionar con ¡Gran Sabiduría!.
Sin duda alguna, a lo largo de la historia la humanidad ha enfrentado diferentes crisis, esto lo sabemos porque han sido documentadas, decir que alguna en particular fue mayor que cualquier otra es posible. No obstante, sólo quién soporta el dolor es capaz de medir el grado de sufrimiento que éste le causa.
Tal es el caso de los venezolanos de hoy, que sin encontrarse en guerra y poseyendo una nación que cuenta con una gran diversidad de recursos minerales, tierras fértiles, agua y abundantes fuentes de energía (petróleo, gas y electricidad), le faltan palabras para poder explicar la descomposición interna que sufren, a tal punto que algunos aseguran estar en una crisis de magnitudes apocalípticas.
Para tristeza de este pueblo, resulta casi imposible listar las diferentes áreas que se encuentran en estado de abandono, agudizando la crisis para los habitantes de Venezuela. Esta nación ha caído en un deterioro progresivo de toda su infraestructura, a tal grado que este mismo deterioro ha erosionado la vida de los venezolanos, quienes permanecen en una crisis de alimentación, educación, salud, transporte, inflación y una larga lista de decadencia en su calidad de vida.
Los sin sabores que genera la mala administración de la nación venezolana, ha llevado a un porcentaje significativo de sus habitantes a migrar a otros países que ofrecen mayor estabilidad, en buena parte motivados por la esperanza de satisfacer una de las necesidades más básicas de cualquier ser viviente, alimentarse.
Lamentablemente la confianza depositada en las autoridades y líderes políticos y gubernamentales que dirigen la nación es constantemente pisoteada por estos personajes, los cuales al tratar de reorganizarse sólo presentan un pobre espectáculo, propio de un circo barato. Los representantes de los diferentes poderes no hacen más que pelearse constantemente, sin mostrar el más mínimo apego a las normas éticas y morales de la buena y sana discusión. La educación y uso del conocimiento en la conducción y administración de una nación parecen estar lejos de ellos, mostrando conductas más similares a las encontradas en sociedades carentes de capacitación e instrucción.
La crisis venezolana es tan aguda que la palabra en sí: “CRISIS”, parece carecer del significado suficientemente apropiado para describir la agonía diaria del venezolano común a causa de las múltiples dificultades que deben enfrentar. Sorprendentemente, “aunque al parecer pequeño”, existe una fracción de venezolanos que no han perdido el enfoque necesario para alcanzar el desarrollo que la sociedad tanto necesita, sin cuestionarse por su tamaño, avanzan con agilidad y firmeza, confiando en que la verdad y la razón triunfaran sobre la necedad y la insensatez. De ellos estaremos conversando.
Ante el Gigante Goliat se pone de pie el pequeño David…
Venezuela se levanta!!!
28/11/2017