Crónicas de una muchacha desesperada en Venezuela

Capitulo 2.
“El Gran Apagón: Apocalipsis venezolano”

Seguramente muchas personas alrededor del mundo vieron la noticia por televisión, un país entero sin electricidad por 6 días aproximadamente. El estrés, la incertidumbre, el hambre y la miseria se apoderaron de la nación rápidamente. Sin dudar, el apagón nos hizo vivir en carne propia esos apocalipsis que retratan las películas y déjenme decirles, que no es NADA fácil de manejar.

Todo comenzó el jueves 7 de marzo de 2019 a eso de 5 pm. Yo estaba en casa de una amiga, la luz comenzó a parpadear varias veces hasta que por fin se fue completamente, todos se quedaron sin Internet y sin señal de celular, dijimos:

“Seguro llega en 2 horas, lo normal”

Catalogamos de “normal” porque los problemas eléctricos son consecutivos desde hace años y cada vez que falla la electricidad inmediatamente se pierda la telefonía celular y el Internet, además que veníamos de sufrir un apagón de 24 horas el fin de semana anterior, nada del otro mundo estaba sucediendo, así que decidimos irnos cada quien a su casa.

Pasadas las horas todos en mi casa comentábamos:

-“Seguro son otras 24 horas, que fastidio…
Mejor vamos a dormir, a lo mejor llega la luz en la mañana”

Pero la verdad es que no llego. Las telefonías seguían caídas, las tarjetas no pasaban y nadie en la calle sabía lo que estaba pasando. En mi casa comenzamos a tejer teorías conspirativas de lo que estaba sucediendo porque la ansiedad y curiosidad nos carcomía, además queríamos darnos a nosotros mismos una explicación racional de lo que estaba sucediendo.

-¿Sera que cayó este gobierno?
-¿Sera que Maduro renuncio?
-¿Sera que dieron un golpe de estado?

A mi papá se le ocurrió escuchar la radio en su camioneta y la gran sorpresa es que ninguna emisora estaba funcionando, solo una estación trasmitía su señal y se debía a que tiene una planta eléctrica. En la emisora comentaban sobre el “Apagón” debido a la falla de una turbina en el Gurí (La única planta hidroeléctrica que genera electricidad para todo el país) pero no se tenía información concreta.

Los entes gubernamentales se habían pronunciado en horas de la madruga para “explicar” el saboteo eléctrico que nos habían provocado desde Estados Unidos (un cuento que nada más se lo creen ellos porque la negligencia en el sector eléctrico es un problema de años) y así quedaron desmontadas nuestras teorías; Maduro seguía en el poder y el problema solo era producto de accidente.

Personalmente hubiese preferido despertar con la noticia que la falla eléctrica se debía a un acontecimiento de fuerzas mayores, a un acontecimiento que hubiese cambiado el rumbo del país, pero no, la triste realidad es que solo era una gran demostración de lo negligentes e incapaces que son todos aquellos quienes dirigen el país.

La falta de electricidad provocó otros problemas que fomentaron el caos, sin electricidad no hay bombeo de agua y por lo tanto muchas ciudades se quedaron secas, entre esas la capital. Sin electricidad tampoco se podía surtir gasolina en ninguna estación, el trasporte estaba limitado, las personas hacían colas inmensas fuera de las gasolineras que tenían sus propias plantas eléctricas y así podían echar gasolina con moderación.

Cocinar se volvió una odisea para todos aquellos que dependían de sus cocinas eléctricas, pues muchas familias no tenían gas domestico debido a la gran escases, otros debieron hacer fogatas para poder preparar sus alimentos, pero… ¿y aquellos que vivían en apartamentos? En mi casa afortunadamente teníamos gas pero lo usábamos con mucho cuidado porque estábamos consientes que iba a ser imposible conseguir una bombona en esa situación.

Sumado a eso el Internet seguía caído y nadie podía comprar con tarjetas, por lo que muchos establecimientos decidieron aceptar monedas extranjeras para acceder a sus productos, un problema resuelto para algunos, pero para las personas que no poseían dinero en otras monedas que no fuesen bolívares no era una opción muy factible.

Los productos enlatados y los huevos subieron exponencialmente sus precios durante esos días, por otro lado las carnes y lácteos habían aumentado su costo durante la semana, muchas personas no compraban ese tipo de alimentos por falta de refrigeración, las carnicerías se vieron obligadas a vender a menor precio y otras tuvieron que regalar su mercancía porque ya se les estaba echando a perder.

Escuche de muchas personas que pasaron hambre por esos días, consumieron todo lo que tenían almacenado: pastas, arroz y legumbres. Cuando se les terminaron sus reservas debieron aguantar hasta que llego la electricidad para poder comprar. Por supuesto que muchos fueron asistidos por sus vecinos y familiares, pero otros no corrieron con la misma suerte.

Los hospitales y centros de salud usualmente tienen habilitadas termoeléctricas por si la electricidad llega a fallar, pero debido al escaso combustible el uso de las plantas fue racionado para poder sobrellevar el apagón. Muchas personas dependientes de maquinas de respiración murieron en esos días.

En mi ciudad el clima se tormo frío, los días eran grises, las calles estaban solas porque la gente no podía salir, no había transporte ni mucha gasolina así que todo el mundo se quedó en su casa esperando a que todo se solucionara.

Pese a que la situación estaba clara aun no se tenía certeza de la cantidad de tiempo que sería invertido para reponer la electricidad nuevamente, así que la histeria se volcó en las calles. Manifestantes quemaba basura y cauchos en la mitad de las avenidas impidiendo el paso peatonal y de carros, tocaban pitos y cacerolas hasta altas horas de la noche, gritaban a una sola voz:

-“Maduro coño e tu madre”

Esta crónica continuara…