La 72° asamblea general de las Naciones Unidas es prueba de lo antes dicho. Junto a otras “calamidades” globales como la amenaza nuclear norcoreana y el genocidio sirio, la situación venezolana acaparó buena parte de los discursos de los líderes mundiales que asistieron al encuentro realizado en Nueva York, Estados Unidos, y en donde el gran ausente fue precisamente el presidente Nicolás Maduro.
Algo que se hizo ver a lo lejos cuando se dio a conocer sobre el encuentro del mandatario estadounidense, Donald Trump, habría preparado con sus pares de Argentina, Brasil, Colombia, Panamá y Perú para buscar un acuerdo de lo que está ocurriendo en la nación petrolera, antes de la asamblea de la ONU.
Y es que innegablemente Venezuela está en esa escala de gravedad y de preocupación internacional, de acuerdo con la internacionalista Elsa Cardozo.
“Si uno revisa lo que ha ocurrido en los últimos días como el expediente que se está levantando en la Organización de Estados Americanos (OEA), el tema venezolano en la asamblea de la ONU, el informe del alto comisionado para los derechos de la ONU, nos damos cuenta de que el tema venezolano es imposible ocultar”, señala.
De hecho, lo que más parece preocupar son las señales contrarias que ha enviado el Gobierno de Maduro sobre tener una disposición a negociar de buena fe, ante una situación económica y humana que sufre Venezuela, recalca Cardozo. Algo notorio ante las solicitudes de naciones como España y Chile, o la misma preocupación de Honduras, sobre el diálogo “exploratorio” que actualmente se lleva a cabo en la capital de República Dominicana.