José León:
Amanecer llanero de un montañés.
El cielo tan perfecto, tan bien hecho, las nubes tan neutras, tan quietas. Lluvia de estrellas, lluvia de limpieza. Son muy poco los lugares en el mundo donde una pequeña vista, transmiten el optimismo de miles de personas. Mi bella Venezuela, el país de los contraste, donde es inimaginable su resistencia por mantenerse bella, el país de los contrastes, donde dios retrato perfección pero el diablo se hospedó y permaneció. Como uno de los millones de adolescentes, un joven despertó pensando en su ex-novia. Había algo en ese adolescente distinto en los últimos días que había tenido y de los próximos años que iba a tener, sentía algo distinto en ese preciso momento.
Terminando de despedirme de las silenciosas montañas parameñas, de esas hermosas montañas donde me vieron nacer, el país de los contrastes hizo de las suyas. Un transporte acabado, la pobreza, la depresión en la cara de las personas, era muy difícil ver a una mujer de 18 años viajando con sus 4 hijos pidiendo de comer para sus crías, mientras pasábamos y veíamos como nuestra bellas montaña nos Daba una despedida con una larga lenta y graciosa lluvia. donde la lluvia, lluvia de estrella, lluvia de limpieza. Pensaran que puede ser muy loco al decir esto, sin embargo ver la lluvia por horas. Termina comprendiendo su idioma. Como decía el diablo hizo de las suyas y tuvimos que quedarnos debido al transporte, en un territorio lleno de planicies. Los ojos solo podían recorrer una muy corta distancia, como cúando miras una galaxia desde un telescopio, distancia de tan largas de tanta maravillas por horas y horas. Pero sin duda el amanecer barinés es como el sonido de las olas llegando a la orilla.
Un doctor familiar mio. Le gusta el ejercicio antes de comenzar el día. Mucho antes de trabajar bañar o comer, me invito a su actividad, temprano antes de que el sol despertara salimos de su casa, pude notar un cielo mucho mas amplio del que conocía. Tanto que llegaba al suelo en la distancia, El asombro que me dio al ver las estrellas cerca del suelo, un espectaculo, la luna aun no estando en su totalidad iluminaba con mucha intensidad, la luz llegaba tanto como para ver un lago cerca de donde estaba, iluminada de blanco se lleno el lago que daba la pequeñita piedra tamaño de australia. Cuando empezo el trote, empezó ese amanecer que tanto me asombro, un naranja tan vivo, tan fuerte sus colores, parecía el comienzo del fuego. Naranja vivo, su primera asomada, la fauna empezó a despertar, decenas de animales cantaban los buenos días, pero lo que mas me asombro que de aquel expansivo cielo, cielo tan perfecto, cielo bien hecho, por un momento el naranja vivo formaba un porcentaje alto del cielo, y aun así la otra parte del expansivo techo que tenia estaba oscuro. la luna y las estrellas seguían como si apenas comenzará la noche, ese pequeño momento, donde el cielo se partió por la mitad, supuse que algo quería decir o demostrar, supuse en ese momento que la oscuridad tristeza, todos los aspectos negativos, la felicidad luz y todo sus aspectos positivos son separadas por una linea tan frágil y son tan cercanas unas de las otras que se necesita ser un sabio para diferenciarlo, a mi querido lector al que le dedicó este relato, algunas veces los momentos Tristes en donde la oscuridad es tu mundo solo hace falta dar un paso hacia adelante para encontrar la luz que tanto los humanos buscamos, la lucha de nuestra felicidad, muchas veces esa linea se engorda o se adelgaza, es cuestión en nuestras vidas darle su tamaño, muchas veces los momentos de luz están muy cerca de la oscuridad, siempre en algún momento la noche cae. Se que este amanecer llanero no fue regalado, no era algo que era imposible ver, era tan cotidiano como los noticieros, pero ese amanecer del que muchas personas pagan por ver, el futuro de nuestro país, el valor de nuestra tierra, nos esperanza y logra ponernos la mano en el pecho y decirnos orgullosamente: soy venezolano.