Muchas personas tienen negocios propios, que funcionan con efectivo, sin embargo debido a la escasez del mismo, cada vez nos hemos visto más acorralados al método de las transferencias bancarias, corriendo todos los riesgos de la falta de internet, páginas caídas, datos erróneos y robo.

Luego, muchas otras más, compran el dicho efectivo. Es decir, buscan a una persona que tenga, le ofrecen un porcentaje por este (que últimamente no baja del 250%), y obtienen su efectivo, así como si estuvieran comprando cualquier otra cosa.

¿Por qué el dinero en efectivo y el dinero por transferencia no vale lo mismo? Debido a la escasez del efectivo. Cuando algo, sobre todo si es de primera necesidad, se vuelve escaso, la demanda aumenta, lo cual incrementa la especulación de precios.

¿Cómo se llegó a tal punto en el cual incluso el efectivo es algo que no se puede conseguir fácilmente? Pues, todo inicia con la venta del billete en las fronteras. El billete como tal no vale nada, lo que buscan estas personas es el papel de algodón que es sumamente costoso. En Venezuela, literalmente, imprimir el billete es más costoso que el billete en sí. Por ello, venderlo como papel de algodón es tan rentable.

La venta de efectivo en las fronteras implica que, la gente que viene de las fronteras son las que tienen efectivo por pacas, y quienes lo venden a precios tan exageradamente altos.

¿La solución del gobierno a esto? Imprimir más billetes.

Y, como todo el mundo sabe, la impresión indiscriminada de billetes es precisamente lo que devalúa el valor de una moneda e inicia o empeora la inflación.

Entonces, siendo que comprar alimentos con tarjeta de débito o tarjeta de alimentación (que no son lo mismo) puede ser hasta 6 veces más costoso, conseguir dinero en efectivo requiere casi de métodos de brujería, ya eso parece una odisea suficiente.

Supongamos que ya usted dispone del dinero en efectivo. Compró 600 mil al 350%. Ya pasó la parte difícil ¿no?

No.

Ahora viene el "mercado" propiamente dicho.