He escuchado por allí, y lo pongo en práctica como una costumbre, que cuando se llega a un destino que se desconoce, bueno es visitar su catedral o la iglesia más importante. Es cuestión de fe, de cultura; nunca está de más visitar catedrales que encierran majestuosidad y tienen un legado fascinante. Muchas catedrales son imponentes y nos quitan el aliento, además es un recuerdo que se atesora por siempre, amigo @jduarte.
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Totalmente de acuerdo, lo que quise decir es que la gente se ve obligada a hacer cosas en las vacaciones que en realidad no le interesan.
A más de uno le valdría más la pena quedarse en una terraza tomandose algo y disfrutando de la majestuosidad de la catedral desde fuera, que no entrar a la catedral y no tener ni idea de lo que está visitando.
Un saludo!!