Fue su piel color canela y sus labios carmesí los que me hicieron chocar contra la pared llamada realidad, y sólo una pregunta derrumbó todo lo que creía eterno e inmutable: "¿Este es el fin?" No supe responder si el tiempo era agotable y si todo había terminado, pero un susurro y un aroma me devolvieron al mundo de las ideas donde la percepción de ella era la razón de todo lo demás; quizás ese fuera el fin y como único consuelo ella me dejó el sonido de su voz al reír...