Recordaba la calidez de aquel verano jugando con su hijo en sus entumecidas piernas.
La salitre enmarañaba su pelo y barba mientras seguía recordando su vida, abandonándose a la deriva sobre un húmedo madero. Él solo era el cocinero de un modesto barco que utilizaba arpones como forma de comunicarse y charcos de sangre flotante por mensaje.
Al parecer alguien había recibido los mensajes y, con desatada violencia, el mar procedió a deshacerse de los insignificantes invasores a golpe de oleaje. Su familia necesitaba el poco dinero que iba a ganar durante su ausencia; aquella ausencia que ahora duraría eternamente.
Una gran sombra emergía veloz hacia él desde las profundidades.
Cerró los ojos y se sintió formar parte del equilibrio.
Esta obra fue anteriormente publicada en Steemit por mí, su autor legítimo, con una edición distinta a la actual.
Esta obra está publicada tanto en mi blog de WordPress como en mi blog de Facebook.
Esa linea final es increíblemente estremecedora, me encantó!
Gracias, Risckylu.
Hay muchas maneras de morir pero creo que la de aceptar que eres una molécula insignificante que forma parte de un todo, es una buena manera de asumirlo y afrontarlo.
Muy buen relato y con un trasfondo muy de actualidad, me gusta.
Gracias, Vicente.
Una manera muy serena de asumir el sueño eterno.
Eso creo, Amintarosa; serena y consecuente.
Buenísimo, macho! Un abrazo, @dresden.
Digamos que esa frase es una especie de guiño al hecho de que los humanos intentamos siempre excusar nuestro comportamiento con respecto a nuestras absurdas normas y estructura social pero, ¿de verdad valía la pena estar en un pequeño barco ballenero, infligiendo tanto daño a animales, por el hecho de ganar unas monedas?
A mi parecer la Naturaleza lo tuvo claro.
Que manera de terminar! Termino haciéndose uno con el salvaje mar
Al final somos todos energía y la energía ni se crea ni se destruye: se transforma.
Perdido para siempre en las profundidades del inmenso mar, deja un vacío familiar, ahora forma parte del equilibrio de la naturaleza al que tanto daño causó
Así es, @tonizio.
Saludos.