Sin más preámbulos, quiero hablarles sobre la carrera que estudio y que afortunadamente, dentro de poco podré ejercer con título en mano: la Licenciatura en Desarrollo Humano.

Probablemente seas una de las muchas personas que no tenían ni idea de la existencia de esta profesión. Quienes la estudiamos e incluso los Licenciados en Desarrollo Humano que andan por allí haciendo de las suyas en el mundo laboral, ya estamos acostumbrados a ser unos totales desconocidos o aquellos “bichos raros” que nadie sabe lo que hacen.

Lo cierto es que, lejos de querer ser como los Inefables que trabajan en el Departamento de Misterios de Harry Potter, a nosotros sí nos interesa dar a conocer lo que hacemos. Queremos que la sociedad venezolana y del mundo entero sepa que dentro del Decanato Experimental de Humanidades y Artes de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), en Barquisimeto-Venezuela, existe una Licenciatura muy particular, cuyo propósito es ampliar y complejizar el análisis de las realidades construidas colectivamente y a su vez, generar soluciones a los problemas sociales que hacen del mundo un lugar cada día más hostil.

Familia DH (X Cohorte) -Fotografía tomada desde Smartphone de la autora-

Nos formamos durante nuestra etapa de pregrado para ser unos soñadores de tiempo completo, de aquellos que padecemos el caos cotidiano y pese a ello, aún creemos posible un futuro mejor.

Ahora voy a lo que tal vez les importe. ¿De qué se trata la Licenciatura en Desarrollo Humano? ¿Con qué se come eso? ¿Es momento de encender el porro?

La Licenciatura en Desarrollo Humano es un constructo académico más o menos reciente en Venezuela, dictada únicamente por la UCLA y de la cual, en sus once años de trayectoria, han egresado alrededor de ocho cohortes de nuevos profesionales. Ésta Licenciatura puede ubicarse tanto en el campo de las Humanidades, como en el de las Ciencias Sociales, debido a que se trata una especie de híbrido que en su transdisciplinariedad intrínseca, toma nociones de la Sociología, la Psicología Social, la Antropología, la Economía, la Gestión Ambiental y otras disciplinas.

Por ese motivo, durante nuestra formación universitaria nos dotan de las herramientas necesarias para enfrentarnos a fenómenos sociales que constituyen el tejido complejo de la construcción y reafirmación cotidiana del individuo como un ser social. Tal como los Médicos estudian la anatomía, los Ingenieros estudian estructuras y los astronautas aprenden sobre el cosmos, pues los Licenciados y Licenciadas en Desarrollo Humano tenemos nuestro propio universo de estudio: el ser humano y su verdadera libertad de ser y hacer aquello que elige ser y hacer en su vida.

Es así como nos vemos sumergidos en procesos de participación con todos sus apellidos (comunitaria, local, ciudadana, etc.), empoderamiento, agencia, capital social, potenciación de capacidades. Nos lanzamos sin retorno a las profundidades de un océano de desigualdad social, en el que la pobreza, la exclusión, la violencia y la vulnerabilidad humana, lamentablemente siguen siendo el pan del día a día (aunque ojalá se tratara literalmente del pan para las comunidades que aún viven en pobreza extrema).

A todas estas, resulta vital comprender que el desarrollo humano es un proceso de ampliación de las oportunidades de los individuos. Se sustenta en la libertad real de las personas para ejercer su capacidad de agencia y tomar decisiones sobre sus vidas, y por ende, actuar en consecuencia a dichas decisiones para alcanzar sus propios estados de realización. En otras palabras, son aquellas “alternativas reales y/o capacidades que poseen los individuos para alcanzar funcionamientos valiosos o para elegir el vivir como deseen” Vethencourt (2007).

Quizá suena muy abstracto o amplio, pero el desarrollo humano se refiere en esencia a nuestra posibilidad real de vivir una vida digna. Eso incluye entre otras cosas:

• El acceso a una educación de calidad
• Ingresos económicos suficientes para cubrir nuestras necesidades fundamentales
• La posibilidad de habitar una vivienda segura
• El acceso al agua potable
• El ejercicio de nuestros derechos cívicos y políticos
• La garantía de nuestros derechos humanos
• Contar con una esperanza de vida larga y saludable.

En definitiva, se trata de nuestra realización como seres humanos.

Fuente

Para lograr esa misión casi intergaláctica, es imperativo elevar los niveles de justicia, seguridad humana, equidad de género, igualdad de oportunidades, cultura de paz, resguardo de los derechos humanos, sustentabilidad ambiental, económica, política, cultural y social en el mundo.

Merecemos vivir en sociedades que brinden las condiciones para potenciar nuestras capacidades y nos permitan realmente alcanzar nuestros funcionamientos o estados de realización.

En esa medida, podremos hablar de un desarrollo humano para todos y no sólo para el 20% de la población que posee y consume el 80% de los recursos del planeta.

Ahora bien, una de las más grandiosas cualidades de esta carrera, es que no promueve el adoctrinamiento para seguir las líneas de un sistema hegemónico, sino que nos muestra el mundo con todos sus matices y nos brinda un montón de teorías que argumentan el por qué nuestras prácticas humanas nos van conduciendo hacia un abismo de destrucción a escala planetaria.

Cuando contrastamos la teoría con los hechos, es cuando comprendemos que hace falta luchar mucho más y con mayor entrega si queremos transformar este presente que nos tocó, en un futuro sustentable. Allí entramos en terrenos de la sustentabilidad, nuestro motor e impulso para aportar como profesionales no sólo un granito de arena, sino todo nuestro desierto, a la búsqueda de alternativas que coloquen en positivo el marcador del desarrollo integral y profundamente humano de nuestras sociedades. En definitiva, para garantizarle la posibilidad de una vida plena a las futuras generaciones.

Fuente

Según el Informe sobre Desarrollo Humano del año 2016, emitido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Venezuela ocupa el puesto número 71 dentro de la lista de naciones del mundo, lo que nos posiciona dentro de la clasificación global con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto. Dicho índice mide, partiendo de tres indicadores básicos (en el área de salud, educación y economía), el desarrollo humano de cada país.

Sin embargo, pese a contar con un IDH alto, aún existen múltiples desafíos que enfrentar para que nuestro país pueda alcanzar realmente las condiciones de vida digna a las que hacía referencia anteriormente. Aportar toda mi energía y potencial para que eso suceda, será uno de mis propósitos como Licenciada en Desarrollo Humano…

Fotografía tomada a la autora durante manifestación estudiantil (2013)

Bueno, bueno. Ya les he robado un montón de tiempo vital mientras leen este post, así que me voy despidiendo. Hoy quise hablarles sobre Desarrollo Humano y de la Licenciatura como tal, para mostrarles un poquito de mi mundo, ese mundo que también es suyo y que día a día vamos construyendo.

Creo absolutamente que somos corresponsables del rumbo que ha tomado la humanidad, por ese motivo, agradezco contar con los cristales del desarrollo humano que me permiten ver con mayor precisión, aquellas realidades con las que no me siento conforme y me parecen intolerables por atentar contra la dignidad humana.

La Licenciatura en Desarrollo Humano es una profesión para la vida porque gracias a ella, podré luchar por el mundo junto a otros locos como yo, que creemos posible una transformación social que encause el destino de ésta y las futuras generaciones hacia nuevos horizontes libres.

Gracias por su tiempo, su energía y por recibir lo que con cariño quise compartirles. Hasta el próximo post. ¡Bendiciones para todos!