Verónica, era una linda chica de 15 años, piel morena, ojos grandes tongoneaba, y de pronto ¡taz ¡ se abre la puerta de mi habitación y yo caigo de sopetón despertando de mi sueño y volviendo a ser la insípida quinceañera que aparenta 13 años. y en la puerta de la habitación está mi madre parada con mirada inquisidora, me pregunta ¿Qué haces, por que te encierras? Y yo con deseos ardientes. de decirle ¡ PORQUE ME DA L A REALISIMA GANA!, pero no me atrevo y solamente le digo, “por nada color miel y cabellos castaño claro, una bella y esplendida sonrisa reflejada siempre en su rostro era su mayor identificación, su cara angelical le hacia aparentar menos edad, cosa que a ella le molestaba enormemente pero lo disimulaba haciendo ver que le agradaba solo por complacer a su madre a quien ella adoraba y admiraba pero en realidad queria maquillarse y vestirse de mujer sexy.
Me paraba frente al espejo y pasaba largas horas mirando e imaginándome vestida de las formas mas alucinantes que pasaban por mi mente, me reía sola y disfrutaba al máximo del brillo de aquellos trajes tallados a mi cuerpo, esos maquillajes exóticos que remarcaban cada rasgo de mi rostro, caminaba por las calles montada en unos tacones de veinte centímetros que me hacían lucir tan alta que no había una sola mirada en las calles que no quedasen atrapadas en mi y mientras mas me miraban mas mi cuerpo yo mamá”
se ve, una actitud, rebelde y con ganas de explorar.