Estudios comparativos del delito en el mundo han mostrado que países con represivos y equivalentes sistemas policiales muestran diferentes resultados en el índice de criminalidad. Así es el caso de los Estados Unidos y Singapur, en donde el primero, posee un promedio de asesinatos 4 veces mayor que en los países de la Europa occidental mientras Singapur posee uno de los menores índices de este fenómeno en el mundo.
En Venezuela se ha comenzado a atacar el problema en una de sus importantes causas mediante la atención a las clases desfavorecidas, a través de planes para aminorar la brutal separación clasista asentada por largos años, educación para toda la población, incorporación de todos los ciudadanos al sistema de producción y economía nacional, en fin, esta naciendo una nueva conciencia de participación de todos los venezolanos sin distinciones en el desarrollo de nuestra sociedad, lo cual ayudará sin duda a aminorar los problemas de criminalidad en las próximas dos o tres generaciones. La grave situación de delincuencia y criminalidad que experimentamos actualmente tiene causas muy claras: el abandono en la miseria por más de cuatro décadas de miles de familias venezolanas levantadas en condiciones infrahumanas o de supervivencia y aplastadas por un injusto sistema que prefirió siempre ocultarlos y aislarlos antes que salvarlos; la complacencia por más de cuarenta años de la autoridad ante los delincuentes de cuello blanco, quienes probablemente superan en número a aquellos de la calle y quienes han generado los graves niveles de corrupción conocidos hoy en nuestra sociedad, y en tercer lugar, parte importante de la formación de nuestro pueblo venezolano, también por décadas, en manos de medios de comunicación privados y su degenerada programación, veneno de nuestros valores, atracadores de nuestro pensamiento y en grandes proporciones incitadores del delito. Personalmente dejé de ver estos canales hace más de 20 años cuando sentarse en familia un domingo en la tarde a ver la televisión era como abrir la ventana a un oscuro submundo en permanente estado de guerra e insólita violencia. Esto coincidía con la clausura definitiva de uno o dos programas culturales formativos que nos pichirreaba uno de estos canales, como Clásicos Dominicales. Era esta una conducta irresponsable y deliberada de los medios, con la siempre mediocre excusa de darle al pueblo lo que al pueblo le gusta y quitarle lo que a este no le gusta, de generar las mayores ganancias con programación de fácil consumo, aprovechándose de la debilidad e inocencia del pueblo que observaba embelesado toda aquella porquería que cuatro indecentes dueños de un canal habían decidido por “gusto” del pueblo. Así, semana tras semana día tras día nuestra gente consumía y sigue aún consumiendo sin cuestionar, toda aquella programación contentiva de un grado tal de perversión capaz de dejar a más de uno con una o dos noches de insomnio. -Nuestra función no es educar, es entretener- también argumentan; pero el entretenimiento también tiene sus límites y colores; el entretenimiento mal utilizado puede convertirse en entrenamiento nefasto con resultados impredecibles; es perverso entretener con violencia; ¿pero qué puede esperarse luego? ¿Estoy exagerando? Para aquellos ya acostumbrados, convencidos de como debe ser una “programación normal” de cualquier canal comercial del siglo 21, tal vez piensen que exagero. Nosotros tenemos la potestad de apagar el televisor, es cierto, pero es cierto también que esta es la triste manera de como nuestros hoy “tan preocupados” medios han contribuido durante tantos años a desatar mentes deformadas en nuestra sociedad. Aquéllos quiénes se han arrogado el derecho de invadir y contaminar los hogares de miles de familias venezolanas con tanta basura demuestran ahora pública indignación por tanta inseguridad en el país. Los canales privados de televisión en Venezuela, en manos de unos desgraciados hipócritas de toda una vida, tienen una gran responsabilidad en la formación de conductas desviadas y en la incitación a delinquir, y su responsabilidad en tanto daño causado a nuestra sociedad no puede quedar impune. Mentes proclives al delito en este país, sólo han tenido que observar estos canales por unos meses para obtener su maestría y dar el paso definitivo a la realidad del crimen. ¿Cuántos secuestros, crímenes, asesinatos, violaciones, extorsiones, actos terroristas etc. transmiten Radio Caracas, Venevisión, Televen y Globovisión a la semana? No puede un padre delincuente pedirles a sus hijos que no lo sean. No puede andar esta gente exigiendo paz social, son demasiado inmorales!!! Ha sido su propio noble pueblo el blanco de su basura, víctima de su malsana y perversa orientación y generador de sus mal habidas ganancias; con el pueblo venezolano han jugado!!!
me canse ya basta hoy me Robaron mi Telefono en Venezuela lo que hay es delincuencia
señores extranjeros aquí todo es bellos pero existe mucha gente MALA
no puede ser que me quede sin teléfono llevaba mucho tiempo reuniendo y volver dese cero para compararme otro no es justo, si ustedes están afuera no vengan para acá.
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