La vida en sí misma es abundante. Todo depende de la manera en que quieras que lo sea. Hay gente que tiene abundancia de problemas, abundancia de deudas, pero sigue siendo abundante. Puede incluso haber abundancia de escasez. Puede sonar simplista, pero si nos detenemos a pensarlo, descubriremos que es más complejo y verdadero de lo que parece.
Tómate un momento para pensar en lo que significa la palabra abundancia para ti…
Si lo primero que llega a tu mente es el dinero, empieza por identificar tus pensamientos acerca de lo que crees que el dinero representa, lo que crees que mereces o no en tu vida. Entiende la asociación y definición del dinero que con el paso del tiempo has guardado en tu mente.
¿Listo? Muy bien.
Ahora prepárate para darle un vuelco a todas esas creencias.
Concepto de abundancia
Se trata de redefinir nuestro concepto de abundancia y cómo nos relacionamos con el mismo.
Poseer la habilidad de hacer lo que necesitas hacer, cuando necesitas hacerlo. Eso es abundancia. Así de simple.
Nota cómo la definición no se trata de dinero, ni de una manera particular en la que la abundancia debe presentarse.
Puede, en efecto, presentarse en forma de dinero. El problema es que tendemos a pensar que el dinero es la única representación de abundancia.
Y cuando tienes una definición que te enfoca solamente en el dinero como única puerta por la que la abundancia puede entrar, entonces estás cerrando y bloqueando todas las otras puertas por la que la abundancia puede actualmente llegar hacia ti, porque te rehúsas a identificar o etiquetar esas otras cosas como igual de abundantes que el dinero.
Por favor tómate tu tiempo para entender este concepto e internalizarlo.
Vuelve a leerlo si es necesario.
Una vez lo hagas, continúa leyendo para que entiendas de dónde proviene que no entiendas ni asumas todo esto como parte innata de tu visión de vida.
Herencia de creencias
Desde que el mundo es mundo, los padres nos han entregado ciegamente, además de sus heridas emocionales y psicológicas, sus creencias y perspectivas de la vida.
Hemos recibido desde el lenguaje hasta la religión de nuestros padres. Ellos escogieron la sociedad y cultura en la que vivimos, el colegio en el que nos educamos, las relaciones familiares que tenemos, así como las visiones y creencias acerca de determinadas cosas.
Pero no nos las entregan en forma de libreta al nacer. Nos vuelcan las creencias de a poco en cada palabra y acción que absorbemos diariamente desde que tenemos uso de razón.
Aprendemos absorbiendo del ambiente en el que vivimos. De la misma manera que absorbemos un acento determinado, también absorbemos las creencias de nuestros padres.
Con la creencia del dinero y su significado pasa lo mismo. La vamos viendo con la manera en que nuestros padres hablan del dinero durante nuestra crianza, con lo que dicen acerca de él:
“No te lo puedo comprar porque es muy caro”
“No te lo voy a comprar porque ya lo tienes”
“Si no se trabaja duro, el dinero no se genera”
O incluso:
"Puedes pedirme lo que quieras para comprártelo"
"El dinero no es problema en esta familia"
Con estos enunciados, existe una entrega de creencias.
Y a medida que vamos creciendo, vamos reciclando esas creencias y transmitiéndola a otros individuos, sobre todo a nuestros hijos. Y una vez que te convences de una creencia y no haces nada al respecto, todo sigue igual, porque tienes la creencia de que eres víctima de esa creencia.
Cambiar de creencias y conectar con la frecuencia de la abundancia
En la adolescencia, muchos comenzamos a cuestionarnos esas creencias. Empezamos a cuestionar elementos que nos fueron dados como status quo.
Y una vez que comienzas a cuestionar, ya queda de ti si cambiarlos o no. No puedes ir por la vida culpando siempre a mamá y papá por lo que te dieron o no te dieron.
Los padres influyen en las creencias, pero no son determinantes en lo que hacemos con ella.
Puedes cambiar una creencia por otra. El punto está en explorar de dónde sale esa creencia que ya tienes. ¿Qué dice esa creencia de ti? ¿Qué trae a tu mente? ¿Qué representa para ti que tengas esa creencia?
Puedes cambiar de creencias, y seguramente ya lo has hecho anteriormente. Ya sea cambiar una creencia por otra o la misma creencia modificarla y perfilarla a tu antojo, haciéndola más elegante y apetecible para tu mente.
Pero hasta que no comprendas que el tema no es andar cambiando creencias como cambias un adorno en tu casa, sino realmente sumergirte en un proceso de explorar esta creencia -su raíz y el impacto que tiene en tu vida- todo seguirá exactamente igual. Hay que tener en mente que esta exploración no se hace ni una, ni dos, ni siete veces… Es un proceso continuo.
Para esto, debes despojarte del sistema de creencias por el que fuiste educado. Hay que intervenirnos explorando otras perspectivas, otras miradas, otros caminos, otras maneras.
Y mientras más disfrutes el proceso, más rápido pasará. Esa es la paradoja.
Mientras más a gusto te sientas con el proceso en sí mismo de descubrir cuáles son tus creencias y redefinirlas, entendiendo que es un acto necesario y que vale la pena tener, más rápido pasará porque más rápido estarás usando los aprendizajes al mantenerte y estar entusiasmado acerca de estar en el proceso. Es simple, pero complejo a la vez. Esa es la belleza de todo esto.
Cuando permites que todas las maneras de abundancia sean iguales, e igualmente válidas para ti, entonces la abundancia, por cual sea que sea la vía de menos resistencia, vendrá hacia ti.
Sea dinero, sea alguien regalándote algo, sea que simplemente te cruzaste de manera sincronizada con una circunstancia que te permite hacer lo que debes hacer, sea lo que sea y de la manera en que deba llegar.
Solo entonces cuando cada manera de abundancia sea igual, el camino de menos resistencia fluirá hacia ti porque estás permitiendo que la abundancia no tenga una manera específica de presentarse, ni enfocando toda tu energía demandando que se manifieste como quieres que se manifieste.
Una vez puedas aplicar esta definición en tu vida, y confiar en que cualquiera que sea la forma de abundancia que necesite presentarse ante ti para permitirte hacer lo que debes hacer es correcto y necesario –incluso aunque no se presente en la forma que esperas- entonces empezarás a sentir la verdadera abundancia en tu vida, y todo fluirá sin resistencia.
Es una simple forma de arte que debemos dominar. Simplemente estando aquí y ahora con lo que está pasando, confiando en que lo que está pasando, está pasando por una razón. Si no, no estaría pasando.
Así que si estás dispuesto a aceptar que cualquier parte del proceso que esté pasando, está pasando por el propósito de ponerte en contacto con más de ti mismo, para que puedas expandirte y obtener esa reflexión de vuelta desde la realidad de tu expansión, entonces estarás entusiasmado acerca de lo que el proceso tiene para mostrarte.
De esta manera, será experimentado como una obra de arte, y mientras te sumerges en ello, y mientras seas el artista y la obra de arte en sí misma, permitirás que el proceso sea más rápido porque estarás aceptando todo lo que está pasando como parte esencial del proceso, como parte esencial de la obra de arte, como algo hacia lo que debes mirar e investigar, como algo que te ayudará a expandirte y aumentar tu entendimiento acerca de quién eres.
Si miras al proceso de esta manera, y te mantienes en esa energía, muy rápidamente explotarás en diferentes direcciones y tu realidad explotará hacia ti con muchas cosas diferentes que te continuarán ayudando en el proceso.
Permite que la magia suceda. Lo que necesitas puede pasar en diversas maneras –maneras en las que tu mente tal vez nunca ha pensado-. No tengas limitaciones. Puedes recibir lo que necesitas de las maneras más extrañas y más inesperadas mientras permitas que suceda y dejes todo fluir. Cuando no te preocupas por el “cómo”.
Si alguien inesperadamente te regala algo que justamente necesitabas, acéptalo. Incluso cuando no creas que alguien pueda hacer eso, este pensamiento sigue siendo una creencia.
Tal vez necesites saldar una deuda, pero no te des cuenta que hay otras maneras. Tal vez necesites algo que puede ser donado a ti o encontrado de una manera inesperada. Tal vez puedas intercambiar algo por otra cosa más necesaria. Todo lo que planteo es ambiguo. Tú también puedes ser el que da y brinda cosas a quienes lo necesitan, en el momento que lo necesitan.
Entiende que el dinero no es la única manera. Hay gente que va por la vida teniendo dinero y aún así no tiene el bienestar, la salud y la felicidad que desea (la cual muchas veces se cree que se llega a ella a través del dinero).
Y aún así, el dinero puede llegar de maneras inesperadas cuando permites que suceda.
Da lo que tienes para dar
Puedes tener el talento, los canales, la capacidad, la experiencia y el público para generar ingresos. Pero si no te muestras, si no hablas, si no promocionas, si no das lo que tienes para dar, nada funcionará.
Es como desear ganar dinero haciendo lo que amas, sabiendo que tienes la capacidad y experiencia, además de los canales y el público para hacerlo posible, pero dejarlo todo en modo borrador y jamás accionar. Puedes ser muy bueno, puedes tener grandes sueños, pero si no ejecutas, nada pasa.
Hay muchas creencias que hacen que una persona no pueda salir a dar lo que tiene para dar. Sea porque no se cree suficiente o capaz, sea porque tiene miedo a dejar su zona de confort, sea porque está esperando el momento perfecto -como si de verdad hubiese uno-, sea porque prefiere inconscientemente seguir sumergido en la misma mentalidad y estilo de vida… Hay un sinfín de razones por las cuáles puede suceder.
La clave está en identificarlo y tener el deseo -y la voluntad- de cambiar tu realidad por una que resuene más contigo y se acerque a lo que verdaderamente deseas.
Cuando damos lo que tenemos para dar, alguien tomará lo que tenga que tomar. Pero hay que darlo. Si no lo damos, el otro no lo puede tomar.
No te quedes en el “No tengo dinero” y conecta con el “¿Qué puedo hacer?” “¿Qué puedo entregar?” “¿Cómo puedo ofrecer algo que ame para lograr lo que quiero?”
No te dediques a generar ingresos, dedícate a conectar tu creatividad para encontrar las diversas maneras en que puedes generarlos haciendo lo que amas con entusiasmo.
Cuando conectamos a la abundancia, conectamos a la creatividad. Cuando conectamos con la creatividad, conseguimos las maneras.
La mayor parte de las veces no tenemos lo que queremos -en términos de experiencias, vivencias y oportunidades- porque no estamos dispuestos a hacer todo lo necesario para ello. No estamos dispuestos a entregarnos a plenitud.
Duele leerlo, pero es la verdad.
No estamos dispuestos a entregar todo lo que hay que entregar para poder vivir lo que queremos vivir. Y como no estamos dispuestos a entregarlo todo, la vida no nos devuelve todo. La vida está simplemente respondiendo a nosotros.
Suelen pensar que somos lo que atraemos, pero no es así. La realidad es que atraemos lo que somos. Actuamos desde los individuos que somos y la vida es solo una respuesta automática a esa frecuencia y a ese ser.
Abundancia también es brindar
Siempre podemos brindar. Pero no es brindar lo que nos sobre como si fueran migajas. Es brindar de lo que tienes aunque lo necesites, porque entiendes que solo brindando abres la puerta a recibir más.
Quien opera con la mentalidad de pobreza, opera desde la energía de la escasez. Si no brindas porque dices que luego no tendrás, te estás condenando con tus palabras a permanecer en la misma frecuencia de escasez y pobreza.
Si, en cambio, compartes y eres generoso, y además te complaces con tus gustos y las cosas que deseas, comienzas a trabajar en tu cambio de mentalidad y de frecuencia hacia el camino de la abundancia.
Cuando confías en la vida, cuando confías en que la vida es abundante y es abundancia... Ahí es cuando sucede la mágica sensación de comenzar a despertar.
Hay cientos de ejemplos que podría citar para que entiendas más a fondo lo que digo, pero te contaré uno que le pasó a mi padre hace muchos años atrás.
Es tradición comer pan de jamón cada navidad en Venezuela. En una ocasión, mi padre salió a conseguir uno para la cena, pero no tenía el dinero suficiente para comprarlo. Aún así, decidió ir e intentar conseguir que le vendieran uno por la cantidad de dinero que tenía.
En su camino, se encontró con dos mujeres varadas en su vehículo. Muy amablemente y sin ningún otro tipo de interés más que el de ayudar, prosiguió a detenerse para auxiliarlas.
Luego de un rato, encontró la raíz del problema y logró que el vehículo funcionara nuevamente para poder llevarlas a casa. Las mujeres estaban sumamente agradecidas por el acto de buena fe que tuvo mi padre con ellas y deseaban recompensarlo de alguna manera.
Fue así cuando le brindaron a mi padre lo único que tenían para ofrecer: un pan de jamón.
¿Ahora lo entiendes? Cuando brindas lo que tienes para ofrecer de manera legítima y sin expectativas, la vida te devuelve justo eso que necesitas, en el momento que lo necesitas, y de la forma que se debe presentar.
Sea un pan de jamón, un proyecto, una relación, un viaje… La clave es no forzar y permitir que todo fluya. Eleva tu frecuencia y permite que tu vida se llene de abundancia.
Porque recuerda que tendrás la abundancia que te permitas tener. Esto puede ser una verdad fundamental. Y cuando comprendes esto, te das cuenta que has sido tú mismo quien no se ha permitido acceder a ese canal de abundancia.
Estás viviendo una vida abundante dependiendo de cuánto has decidido permitir esto en tu vida. Pero siempre puedes incrementar la abundancia simplemente permitiendo que exista más. El universo está siempre buscando maneras de darte más, simplemente no estás permitiendo que entre en tu vida. Abre tu consciencia. Abre todas las puertas. Remueve todas las cerraduras. Permite que el universo te brinde todo lo que tiene para ofrecerte, y permite que la abundancia llegue a ti en la manera que deba llegar.
“Nunca vas a tenerlo todo, pero vas a tener todo lo que es relevante para ti.” — Bashar