Eva Figueroa, junto a su mamá Marisol Parababire, va todos los días al Cicpc a preguntar si tienen noticias del destino de su hijita / Foto: Rafael Salazar
El ama de casa Eva Figueroa Parababire está angustiada. ¿La causa? Una mujer raptó el lunes 18 de junio a la última de sus cuatro hijos, llamada Esmeralda Antonieta Figueroa, quien nació el pasado 13 del mismo mes, en el hospital Luis Razetti de Barcelona. La bebé pesó dos kilos con 880 gramos y midió 53 centímetros.
Precisamente en ese centro asistencial, exactamente en el piso 6, fue que Eva habló ese día por primera vez con la ladrona que mide 1.65 aproximadamente. .
Al describir a la mujer, Figueroa precisó que tiene manchas blancas denominadas “paños”, espinillas y huequitos en el rostro. Es de contextura delgada, piel morena, pelo castaño y planchado recogido en peinado tipo cebolla.
Eva contó que cuando esperaba a que le entregaran el certificado del nacimiento de su hijita, la fémina alabó la belleza de la recién nacida, a quien en un principio confundió con un varón.
Luego comentó que ella tiene 25 años y es miembro de una fundación que ayuda a personas de escasos recursos económicos. Además prometió regalarle un número para que le aplicara a la bebé la vacuna BCG en el hospital de niños Rafael Tobías Guevara.
En las afueras del Razetti, la madre con la niña y la mujer se montaron en una buseta que las llevó hasta el centro barcelonés. De seguidas, caminaron hasta la tienda Todohogar del bulevar 5 de Julio para hacer unas compras. Figueroa mencionó que cuando hacían la cola para pagar en la caja, la mujer se ofreció para ayudarla a cargar a la recién nacida, y ella se la entregó.
La supuesta integrante de la fundación benéfica le comunicó que iba a buscar un producto en el pasillo contiguo. A los minutos, esta madre de 30 años se percató de que la fémima se llevó a su bebita y el certificado de nacimiento que había dejado en la pañalera en un cajón del negocio.
Supuestos excesos
Eva Figueroa, acompañada de su madre Marisol Parababire, refirió que consignó la denuncia del rapto de su recién nacida en la subdelegación Barcelona del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Según refirió la señora, cuando fue a declarar el martes 19 ante el Cicpc, un funcionario llamado Deviel le puso un par de esposas. Otro apellidado Gil le preguntó si había vendido o regalado a su hijita. Después, le dijo lo mismo en tono afirmativo.
Figueroa expresó que si ella hubiera hecho eso, no vendría todos los días a la institución para preguntar si encontraron a su bebita.
“Yo lo que quiero es que aparezca mi hija”.
Barcelona / Yraida Núñez
Este relato es de mi autoría. Fue publicado el 22/06/2018 en www.eltiempo.com.ve