¿Cómo hablamos de lugares hermosos y experiencias únicas sin comenzar por el Edo Bolívar? El más grande del país, con menor densidad de población y el más raro de todos. Medio olvidado y medio desconocido por gran parte de los venezolanos, el estado Bolívar se presenta como algo único en el mundo. Su geografía no la verás en ningún otro lado aunque tengas millones de dólares y recorras el último hueco africano o asiático (nombro estos por ser destinos “exóticos”).
Vivo aquí desde que tengo uso de razón (no es mi lugar de nacimiento) y aún no puedo decir que lo conozco completo. Pero haré algunas acotaciones, por partes, de lo que he podido experimentar. Anécdotas hay de sobra, en más de 200 mil Km2 es mucho lo que puede suceder y lo que se puede ver.
Tiene dos ciudades grandes y las demás en desarrollo. Tiene la 3ra represa más grande del mundo, gran parte del tercer río más caudaloso del mundo, el salto de agua más alto del mundo, las montañas más raras del mundo y además está sobre el macizo guayanés, una de las zonas más antiguas del mundo. Tiene mucho más si contamos los recursos minerales que se esconden en estas tierras. Comparte la Amazonia y Esequibo. Y, al sur está el Parque Nacional Canaima que es de los lugares más hermosos que he visto.
Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana conforman sus principales ciudades, tanto en población como en economía. La primera, capital del estado, insigne e histórica, debe su fama al Congreso de Angostura y todo lo que implicó para la independencia de Venezuela; además es surcada por el imponente Orinoco que de vez en cuando amenaza con inundarla (creo que no pasará pero nunca se sabe con el tema del calentamiento global). La segunda, es extraña. Es de esas ciudades que se van formando por poblaciones que se quieren y se odian al mismo tiempo.
Así son Puerto Ordaz y San Félix. Las divide el río Caroní y las une un municipio. Puerto Ordaz, planificada y etérea, se presta para fotos y compartires esporádicos; es la mitad de Ciudad Guayana que se cree ciudad completa; la más desarrollada económicamente, pero también la más gris. Su vida transcurre entre grandes avenidas, gente que cree que vive en una gran metrópoli y las empresas de aluminio, acero y hierro. San Félix; sin embargo, es más parecido a un pueblito que lucha por ser ciudad. Tiene una carga histórica por la batalla del 11 de abril de 1817, la campaña de Guayana, decisiva para la independencia y cuyo héroe, Manuel Piar, se convirtió en el prócer más querido en esta región (todo aquí lleva su nombre y con orgullo) y se creó esa sensación de dolor por su fusilamiento que pasa de generación en generación entre nosotros. San Félix es una zona popular, humilde y de gente arraigada a su suelo; tiene una plaza Bolívar y un malecón que hace el intento de recuperarse de la delincuencia y el abandono, con una perspectiva del Orinoco envidiable y encantos de atardeceres. La idiosincrasia del guayanés se divide en dos: los de Puerto Ordaz y los de San Félix (no se me los gentilicios ni creo que existan); hay racismo, exclusión y discriminación entre unos y otros, pero conformamos la misma ciudad del mismo municipio y nos corresponden las mismas responsabilidades ciudadanas.
Continuará...
P.D.: Las fotos son de mi autoría (merecen publicaciones aparte esos sitios)