“¿A dónde vamos?”, “a donde quieras”, “no, elige tú”, “mejor tú”. ¿Te suena conocido? Porque además de ser una plática común, es una de nuestras maneras favoritas para perder el tiempo.
Si hay algo que mata una relación es la rutina. Ir siempre al cine, comer en los mismos lugares y verse los mismos días semana tras semana, son indicios del inicio de algo que está predestinado al fracaso. Una pareja que improvisa siempre es mejor.
Las personas que siempre buscan sorprender a su pareja son las que valen la pena, se convierten en cómplices, en mejores amigos que improvisan para pasar los mejores momentos y hacerlos inolvidables.