Jornada laboral con descansos intermitentes

Cuando estamos concentrados en nuestro lugar de trabajo, en muchas oportunidades nos olvidamos de tomar recesos, hecho que nos ocasiona perjuicio a nuestra salud. Es por ello que es aconsejable realizar recesos intermitentes para ejercitar nuestro cuerpo, realizando ejercicios con una duración entre cinco y siete minutos y con frecuencias de una o dos veces durante tu jornada laboral. Controlando la respiración se logra beneficios que nos ayudan a limpiar, revitalizar y purificar el cuerpo; organiza el metabolismo, el ritmo cardíaco y la circulación de la sangre.

Los descansos intermitentes durante la jornada de trabajo son factibles para contra restar los períodos de tensión de carácter fisiológico y psicológico generados por la actividad en el trabajo. Estos desenlaces en tus descansos programados, deben contar con unas series de ejercicios físicos que permitan la movilidad de la longitud de los músculos, mitigando la actividad estática, producto de una prolongada tensión muscular, que desenlazan o desarrollan la fatiga.

Cuando la labor se desarrolla en una postura curvada y sentada se induce a:
Trastornos en el proceso de digestión, baja afluencia de la sangre a los pulmones, dolores en la región lumbar, debilidad de la pared abdominal y altas probabilidades de sufrir de hemorroides.
Los descansos o recesos en la actividad laboral, son aconsejados también para atenuar los efectos que producen los movimientos de contracción y relajación muscular

Ahora bien, estos pequeños descansos, no solo se deben tomar cuando la actividad desarrollada es con esfuerzos físicos, sino también cuando se hace uso del intelecto, ya que podemos padecer de tensión nerviosa, baja actividad motriz y por ende un rápido agotamiento funcional, considerando que la recuperación en la capacidad intelectual, es más tardía que la recuperación física en general.

Sin embargo, hay que ser muy cuidadoso a la hora de ofrecer un descanso al trabajador, ya que también podemos caer en errores, debido a que el reposo no es siempre la mejor forma de descanso. Esto se demuestra al tratar de recuperar la capacidad de uno de los miembros del cuerpo, es decir, si queremos recuperar la capacidad en una pierna, ésta se recupera más rápido, si durante su descanso, la otra pierna realiza una actividad

En conclusión podemos aplicar descanso en nuestros sitios de trabajo, siempre y cuando estén bien planificados, es decir, que se consideren una rutina de ejercicios que satisfagan las necesidades que requiera nuestro cuerpo en el momento, considerando el cansancio físico y psicológico, según sea el caso.

Saludos...
@willians

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