Bienaventurados aquellos que gocen de poseer un atributo que es capaz de otorgar inigualable honor y elegancia a un hombre. Un atributo con tal dimensión que es capaz de definirte como ser humano. Por su escasez en el mundo, tiene más valor que todo el oro, el diamante y piedras preciosas juntas...
Sin más preámbulo, con ustedes… “La Palabra”.
Un toque de sarcasmo y dos cucharaditas de picante, son parte de los ingredientes que abordan este tipo de temas. Comprometerse con algo o con alguien y honrar tu palabra, parece que es cada día una tarea más ardua. Cuando hablo de “la palabra” me refiero a ese compromiso que va ligado a una acción… me refiero a esa palabra que no se la lleva el viento.
Ser cada día más abiertos en nuestra relación tanto con nosotros mismos como con los demás, tiene que conllevar una responsabilidad. Hay que hacer énfasis, resaltar, subrayar, (colocar luces de neón alrededor si es posible) en que la clave para que funcione esta nueva concepción del “no compromiso” es ser en primer lugar honestos con nosotros mismos (léase: no se engañe y no engañe). Nuestro mundo se está llenado lentamente de impostores que, si llegaran a la gran pantalla, de seguro ganarían una estatuilla como “mejor actor” por esa película de 90 minutos llamada “desengaño”.
¿Cuánto peso y cuanto valor tienen las promesas? Una pregunta muy subjetiva. Pero si hay algo en lo que todo ser humano puede coincidir es cuanto dolor genera una promesa rota (hay que admitirlo…)
Debemos fomentar que la palabra vuelva a tener valor, basta ya de tantas personas superficiales y deshonestas que solo andan por la vida lastimando a los demás. Me encantó tu escrito.
Muy complacida de que te haya encantado, bienvenida siempre a este espacio de todos.
Esas huellas que nos moldearon como personas a punta de amor o desamor. Encantada de que te pasees por estos espacios.
Es tan corto el paso nuestro por esta vida que cada momento vivido y cada persona que se pasea por nuestro camino es parte de la experiencia que vinimos a adquirir. Gracias al amor o al desamor pero en nuestra alma quedaron talladas.