La relación de empleo se basa en una idea de intercambio. El empresario proporciona a sus empleados diversas recompensas, tanto intrínsecas como extrínsecas, pero todo es a cambio de que cumplan de forma eficiente y meticulosa con todas las tareas asignadas. Entre ambos componentes laborales, es posible que se presenten conflictos, así como también equilibrios. Ya que es probable que el empresario otorgue un paquete de beneficios, considerado razonable, pero que su personal no lo perciba de igual forma. Sin embargo esta situación siempre se hará presente, con respecto a la opinión de un trabajo diario justo, así que siempre existirá el empeño por un equilibrio razonable entre las recompensas, por una parte y el esfuerzo, por la otra.
El disgusto de los empleados con respecto a su situación laboral es expresado de varias formas, pero básicamente la enfocaremos en dos categorías: organizadas y no organizadas.
Cuando se dice disgustos organizados, se hace referencia a las formas colectivas de conflicto, tituladas por los trabajadores con la intención de cambiar las situaciones y condiciones juzgadas como no satisfactorias, las cuales derivan acciones como huelgas, bajo ritmo de trabajo, negación a trabajos extras y en muchos casos puede llegar a las manifestaciones y ocupaciones.
Ahora bien al tratarse de disgustos o conflictos no organizados, podemos encontrar en él conductas o actitudes individuales, con pretensiones menos estratégicas orientadas hacia el logro del cambio, que solo se pueden tomar como conducta de indisciplina, ya que reflejan ausentismo, retardos, renuncias, medición inadecuada del tiempo, entre otras.
Sin embargo, aun cuando ambas conductas de conflictos se observan distantes, se puede decir que tal vez se encuentren interrelacionadas, ya que ambas sufren la influencia del ambiente de las relaciones industriales que prevalecen en las empresas. Por tanto al no estar disponible el canal colectivo, se actúa de manera consciente o inconsciente, a las formas individuales y no organizadas
Diremos entonces que si las formas individuales y colectivas de conflictos se encuentran interrelacionadas o no, el significado de esta relación varía en cada caso. De manera más general, el termómetro del conflicto y por lo tanto el grado de armonía presente en el lugar de trabajo difiere mucho de ser fácil, ya que todo va a depender de la calidad del recurso humano que se posea, el profesionalismo y la identificación que tenga el personal con la empresa, por un parte, y por la otra el esfuerzo y empeño que coloque el patrono, para brindar un paquete atractivo y racional de beneficios a sus empleados; donde siempre será calificado y medido en el mercado laboral competitivo.
Espero nos sigamos escribiendo y leyendo en el futuro próximo.