Salvé su vida y el salvó la mía

Era 13 de diciembre del 2015, iba saliendo con mi mamá a comprar unas cosas para la casa como de costumbre y a unas 4 casas de la mía lo vi, un cachorro abandonado. Me sentí muy triste al irme acercando pues pensé que el cachorrito estaba herido y no se podia parar. Veía que la gente le pasaba por al lado indiferente y solo los miraba pasar. Cuando pase por su lado lo llamé, me miró pero sin moverse, ahí supe que estaba mal y le dije a mi madre si podia llamarlo de regreso para darle algo de comida y tomarle fotos para ver si algún rescatista de Asodepa podría darle algún hogar temporal, puesto que ya tengo un perro en mi casa y nuestra situación económica no era tan estable como para darle de comer a una boca más. Mi madre conociéndome como soy de sensible con el tema de los animales y sabiendo que no me iba a querer separar del cachorrito me lo advirtió: "Lo llamas solo para echarle comida y agua y tomarle la foto, y que no te persiga hasta la casa" y ahí fue cuando se me prendió la luz de la esperanza de que el futuro de ese cachorrito comenzaría a cambiar ese día.

Y así fue, llame al cachorrito sin esperanza alguna de que se pudiera levantar pero lo hizo, en cuanto lo llamé me persiguió, yo sabía que mi madre me había advertido que no dejara que me persiguiera, pero mi corazón siempre me ha llevado a otra cosa.

Luego de que le di de comer y de beber y le logré quitar una que otra garrapata que tenía pegada a su carita (de las probablemente 200 que tenia pegada a su cuerpecito) el cachorrito se quedo aproximadamente 8 horas en frente de mi casa, sin moverse.

En medio de esas 8 horas el cachorrito logró meterse en mi casa y nos dimos cuenta que se llevaba bien con mi otro perro, pero aún así no me permitían tenerlo. Desde las 10 de la mañana que lo atendí hasta las 10 de la noche que llegó mi hermana el cachorrito permaneció fiel sentado en la puerta del frente de mi casa. Todas esas horas las pasé rogando y llorando para que lo dejaran pasar, y así fue. Le abrimos la puerta a una de las almas más puras, fieles y obedientes que ha tenido esta casa, ahora el cachorrito estaba bautizado como "Drupy" y era parte de la familia.

Tres meses de vida tenía drupy cuando lo rescaté, luego de multiples inyecciones, vacunas, baños y consultas logró recuperarse de todo lo que sufrió durante el abandono, porque sí, alguien lo abandonó. Luego de semanas me entere que fue un hombre en una camioneta que lo dejó tirado ahí mismo donde lo encontré.