Casi lo olvido. Hace poco más de un año descubrí un lugarcito que llamó mucho mi atención. Los que son oriundos de Maracay saben que la avenida Las Delicias es una parte de la ciudad muy agradable de recorrer. Que es un destino fijo para los que vienen a visitar y que tiene una combinación armónica de árboles y bellas edificaciones de diversas formas y tamaños, con gran cantidad de restaurantes y bares donde hacer vida y pasar un rato agradable.

Pues bien. Entre todo esto que se puede exaltar está un punto que vi por primera vez el año pasado y que para mí resaltó sobre todo lo que tiene alrededor. Es lo que parece la entrada de una casa, pero está al pie de un edificio y realmente nunca he visto a nadie entrando o saliendo de allí. Incluso creo que recordar que hay algún detalle en la puerta que es señal de que está inoperativa. Realmente nunca me había percatado de que estaba allí ni desde cuándo está, pero a juzgar por la pintura que está gastada, parece llevar algún tiempo. Desde entonces cada vez que pasaba frente a éste lo miraba hasta que podía y llegué a soñar un par de veces con la sola imagen de ésta entrada. 

                                       La puerta. 09 de abril de 2017

Un día en mi necedad decidí ir solamente para tomarle fotos y a mí misma en el lugar, para actualizar foto de perfil, ya saben... Para cuando fui, ya la época de lluvia había hecho de las suyas y las palmas y árboles que están cerca habían duplicado su tamaño. Ya se hacía un poco más difícil ver hacia la entrada a menos que te acercaras.

El "casi lo olvido" es porque ya hace un año que fui a tomar estas fotos y me impresionó que ya haya pasado este tiempo (¿de nuevo con la relatividad del tiempo?). Llamó mi atención porque la vi inusual de la decoración que se acostumbra ver en la ciudad y hasta parece la entrada de una casa colonial. Además, a su lado se encuentra un mosaico en forma de iguana, el cual en aquél momento aprecié pero no tomé fotos de él porque iba centrada en la puerta. Me dispongo a actualizar este post en un futuro cercano con fotos de ese mosaico tan bonito.

Pasa entonces que estas fotos no son sólo fotos de la entrada y ya, sino que también traen a mí recuerdos de una etapa del año pasado. De hecho, son las únicas fotos que tomé en esas semanas tomando como límites una serie de eventos en particular, como aquella semana que estuve enferma y que la pasé muy mal, pero que a la vez me gratifica recordar cómo fui fuerte y optimisma para superarlo y mejorar; mi cumpleaños, que tuvo lugar al final de esa semana y que pude compartir con buenos amigos; unos cuantos retos en la universidad que finalmente pude superar y por último, el inicio de la Semana Santa que en aquél entonces llegó junto a las protestas anti-gubernamentales en Venezuela el año pasado. Por lo tanto, son sentimientos encontrados. 

 

   Esta soy yo 2 minutos después de darme cuenta de que se me rompió un zapato.

Recuerdo con mucho cariño ese día porque además fue mi papá el que me acompañó a tomar las fotos, así que salí a pasar la tarde caminando y tomando fotos con mi papá, entre otras anécdotas como, por ejemplo, cómo se despegó la suela de mi bota derecha y tuve que arreglármelas buscando una pega loca para al menos llegar a mi casa. Si hubiese conocido Steemit en aquél entonces me habría esmerado más en conseguir mejores fotos del lugar ese día (el resto de las fotos son tomas  repetidas de las tres que muestro aquí) pero como tenía la intención de mostrarlas en algún lugar en el futuro acompañadas de un relato, fue lo que me motivó a ir y conseguir algunas para yo atesorarlas. Y aquí están.

          La base de varios postes de luz en la misma acera tienen un graffiti del Dr. José Gregorio Hernández.

¡Saludos y feliz Steemit! ¡Gracias por leer!