La mejor novia que tuve

Una persona maravillosa, llena de alegría, de amor para dar y con una sonrisa de oreja a oreja que te alegraba las mañanas. Despertar y verla todos los días era una cosa inexplicable, yo daba gracias a Dios por tenerla cada día junto a mí.
Nosotros discutíamos, peleábamos, me regañaba pero sobre todo reía, era inevitable no poder hacerlo, con sus chistes, gestos, frases típicas de ella como “masilento” (que me la repetía mucho) o el “voy apurada” que a veces molestaba, entre otras.

Era una persona muy coqueta, vivía mirándose en el espejo, arreglándose el cabello y con algo que no podía faltar, su estuche de cuero verde de maquillaje, vestida de punta en blanco pendiente de su físico; como dice la canción “antes muerta que sencilla” se puede decir que su segunda casa era la peluquería

Una mujer muy sociable que se la llevaba bien con todos, con un carisma y una energía que arropaba a la gente que la rodeaba, conocida por Raimundo y todo el mundo, para mí era una celebridad; pero a la vez tenía un carácter fuerte, una mujer puntual, quería que todo se hiciera como quería y con responsabilidad, ay de aquella persona que no le cumpliera, ponía a todo el mundo a temblar, y siempre tenía la última palabra

En esta ocasión no hablo de una novia como tal, hablo de mi madre Zayda Lourdes castillo Márquez nacida en Maracay el 17 de junio de 1959, tercera de seis hermanos e hija de María Márquez y José Gregorio, pero lo que no sabían ellos es que iba a ser quien llevara la riendas en la casa y lo que decía se cumplía

Ejerció el rol de luchadora, madre, padre y segunda maestra de escuela y primera de vida de María Fernanda y Víctor Manuel (soy yo), nos llevó adelante con un gran esfuerzo y sin nunca rendirse, ella hacia todo lo posible para que no nos faltara nada.
Lastimosamente enfermó, veía como con el pasar del tiempo se iba desmejorando y me daba tristeza verla llorar aunque no sabía que era,porque a mi siempre me lo ocultaron ya que era muy pequeño, pero lo más importante es que nunca se dio por vencida y luchó hasta el último día; No tuve la oportunidad de despedirme de ella en persona pero si en un sueño, cuando lo hice me sentí más calmado, y con más de 4 años sin tenerla a mi lado la sigo recordando como lo hermosa y alegre que era.

Desde allá arriba ella está guiando mis pasos para lograr ser una persona de bien y con un gran futuro, y cuando me pregunten más adelante quien fue la mejor novia que tuve, podré decir que fue mi madre.