Ésta es la 5ª entrega de una novela que empecé a escribir hace poco. El taburete de oro está aún en la fragua, tampoco yo sé cómo acabará la historia. Para el lector ocasional y curioso, dejo por aquí los enlaces a los capítulos anteriores. Las fotos son de mi propiedad.
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https://steemit.com/spanish/@susiunderground/el-taburete-de-oro-2
https://steemit.com/teamengranate/@susiunderground/el-taburete-de-oro-3
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Lo recordaba todo como si estuviese sucediendo de nuevo en ese mismo instante en que, dándose la vuelta en la cama, lo vio dentro de la fragilidad del sueño. Sintió por él una mezcla de ternura y agradecimiento; desde que se conocieron, pocas veces estaba triste. Santi abrió los ojos y se la quedó mirando como si estuviera asistiendo a la explosión de una estrella soberana.
-Vamos, arriba, que me tienes que preparar el desayuno -dijo Celia, en burlón tono de orden.
-Tantos años cocinando, y no sabes hacer unas simples tortitas.
-Yo no cocino menudencias, voy a lo grande.
-Reconozco que el gazpacho te sale bien.
-Qué gracioso...
-Venga, que tenemos que hacer muchas cosas.
Lo miró con un cierto velo de preocupación en la mirada. Santi lo hizo de la misma forma, pero diciéndole que todo iría bien.
Celia siempre había sido lo que se esperaba de ella. Estudió una carrera para señoritas que nunca ejercerían su profesión, se casó de blanco, nunca fue motivo de disgusto para sus familiares, y le parecía un tránsito natural salir de la ley del padre para entrar en la del marido. Siempre se mostró de acuerdo con la igualdad de oportunidades entre géneros, desde luego, aunque se trataba más bien de un convencimiento teórico, o para otro tipo de mujeres.
Pero, tras quince años de casada, algo había cambiado, una suspensión de polvo en eterno viaje dentro de su pecho se empeñaba en deslucir la percepción que tenía de su matrimonio, y no sabía cómo hacerlo desaparecer. A veces, miraba el escaparate de una tienda y veía su reflejo en ese mundo al revés y paralelo que se le mostraba de repente, observándose como si no se conociera. Esa especie de caer por un precipicio sin ver el final, esos pensamientos que le nacían de la raíz de cada cabello -porque no eran ideas concretas y ordenadas en equilibrio, sino vagos hilos móviles sin dirección definida-, ya no querían que viera el mundo como antes. Cierta clase de melancolía cubría su mirada, pero no se trataba de la que solía experimentar cuando su marido la dejaba sola por algún viaje de trabajo, más ligada al abandono que a la ausencia. Era una flexión de sí misma hacia su estómago, donde, paradójicamente, iba ganando en luminosidad.
Pasó por todas las etapas, aunque trató de detenerlas y volver a ser la que era antes; lo negaba, lo escondía, lo esperaba y volvía a negarlo, por temor al abismo de confesarse la verdad, por el vértigo de preguntarse y contestar que algo le estaba secando la sangre. Por miedo a reconocerse otra en la respuesta.
Cuando entró en el bar de aquel barrio apartado, aún no sabía que cada uno de sus movimientos estaban dibujados en un mapa que había crecido de tamaño, dejando lejos todo lo que antes era el límite de su realidad; aunque hubiera dado igual el camino que tomase. La vida tiene una extraña paciencia.
Wow que imagenes tan maravillosas, y la novela, pues no me entero de ha mucho, no pude evitar la tentación y leí de primerazo este capítulo pero ya corro a disfrutar de los anteriores, siempre me ha gustado este estilo de narración, solo dire esto por ahora más adelante vendrán más "críticas" ;)
Me encantará tenerte por aquí.
Me encanta tu narrativa!!!
Debo ponerme al día con todos los escritos
me alegra mucho ver que han tenido buena ganancia inicial.. igual hay que impulsarlos mas ... ando en eso...
Te he escrito a tu correo..
Saludos y carinos!!
James
Sí, lo he visto, espero tus noticias acerca de cómo se organizará la cosa, tú eres el "cerebro" de la banda jajaja
No tengo mucho que decir, ya que desde el principio quedé encantada con la narrativa, lo haces con tanto arte, que pareciera que no te costara nada, que talento que tienes. Bendiciones.
Tu presencia por aquí ya me dice muchas cosas, eres un encanto, y agradezco tenerte como amiga. Un beso.