CAPITULO 6

Debo deciros que gracias al Señor, los reptilianos o la privacidad de mi casa, por fin pude desempolvar mis " Víboras " y descargar mi recámara como " Billy el niño " el forajido. El jueves por la noche, ya de madrugada ( sobre las 2 de la mañana ), Jessica y Marta ( las chicas del sexto, a Paula no la menciono, ella para mí era cómo el Área 51, una zona que no existe, en caso de hacerlo, está prohibida ), llegaron borrachas como una cuba por segunda vez consecutiva.

Yo estaba jugando un fifa 15 con mi Villareal en Ultimate Team y deleitando mi paladar con la sutil humareda de compuestos cannábicos que acariciaba mi garganta y besaba mis pulmones. En el apogeo de haber conseguido marcar un gol, escuché risas y alboroto ( provenientes de las chicas del sexto ). Podéis creerme que no sé si baje por " obligaciones profesionales " o porque a Manuela le picaba la curiosidad, pero bajé.

Cómo una gacela huyendo de su depredador, en menos de 30 segundos me encontraba en el rellano del séptimo. Hay algo que me preocupa de este curro, lo sumamente espía que me estoy convirtiendo. Jessica sujetaba a Marta del flequillo, estaba vomitando justo nada más salir del ascensor.

• ¿ Que ocurre Jessi ? - dije en voz baja. - ¿ Esta bien Marta ?

• ¡Julio! - Dijo Jessi con voz desesperada. - Llevo un buen rato intentando ayudarla, no para de vomitar. Creo que la metieron algo en la copa, no es normal... sólo bebimos dos chupitos...

Cuando una mujer te dice que " solo ha bebido dos chupitos " y le canta el aliento a whisky, chavales, miente. Igualmente, no era nadie para criticar esa actitud, todos en nuestra vida hemos sufrido la jugarreta del alcohol y sobre todo, hemos sufrido sus resacas.

• No te preocupes Jessica. - mientras intentaba sujetar a marta de los hombros. - Vamos a intentar llevarla a vuestra casa, la dejamos en su habitación y ya la ayudas tú después a ponerse el pijama o lo que necesite.

• Gracias de verdad. - Dijo Jessica. - Y respecto al vómito, ahora lo limpio yo.

• Ni se te ocurra, a fin de cuentas es mi trabajo. Lo primero es lo primero, vamos a meterla dentro y ya después yo me ocupo de eso.

A duras penas conseguimos meter a Marta en su piso, cabía destacar, que siendo una mujer tan pequeñita, pudiese pesar tanto ( aunque claro, la zagala estaba en peso muerto ).

La casa de las chicas era la típica de estudiantes, platos sin limpiar por las mesas, la cocina desorganizada y sobre todo, mucha suciedad. Se notaba que era una casa de alquiler ( muebles viejos, pintura de " gotelé " y suelo de tablas de madera que no paraban de crujir al andar ). Lo más bonito era el salón, se parecía a una tetería, lleno de mantas indias por las paredes, sofás minimalistas y una gran mesa de roble redonda en el centro.

• ¿ Te apetece fumarte un porro conmigo ? - dijo Jessica mientras sacaba una " cajita " de la mesilla del salón.

• Venga, por qué no. - acomodándome en uno de los sofás. - ¿ Qué tienes ?

• Algo de hash y bastante hierba. Me la trae mi novio del pueblo - Mientras se sentaba justo en frente mía.

Que putada, la mocita tenía maromo. Tampoco es que me jodiese, aunque ya sabéis cómo somos los hombres, cuando nos quedamos solos junto una tía que está buena, aunque sea nuestra amiga y no tengamos un sentimiento emocional cercano al amor, pensamos en zumbar.

La idea de que fuese una chica con novio, sin duda, echaba atrás cualquier intento de acercar el tenedor al filete de terna por mi parte. Además, ella sólo estaba siendo agradable conmigo, me estaba tratando como un colega, no como un portero ( creedme amigos, esas cosas se agradecen ). Me fijé en Jessica sin pestañear ni un instante, el tiempo no existía en ese pequeño salón estudiantil, no contemplaba una mujer, divisaba una jodida obra de arte, estaba preciosa: camiseta de tirantes gris con una estrella dorada en la zona del pecho, pantalones ajustados vaqueros " piratas " y unas sandalias rosas veraniegas. Su dulce coleta mostraba disimuladamente su rostro con mucha más claridad que días anteriores ( lo solía llevar liso y largo ).

Empecé a empalmarme, parecía un conejo excitado con sobredosis de pilas duracell. es una de las situaciones que más odio en mi vida, eso sí, placenteramente incontrolable. Siempre he sido demasiado guarrete o voyeur.

De mocoso en el instituto, Manuela no dejaba de dar guerra cada vez que una chíca salía a la pizarra a dar temario. Cuando movían de un lado a otro la tiza con sus femeninas manos, viendo como los glúteos temblaban firmes y esponjosos cómo un flan, o sí preguntaban algo a un compañero, apoyando su cuerpo contra el pupitre, mi mente se disparaba cómo si de un " Bing Bang " de testosterona se tratase. Ver esos dulces senos comprimidos por la gravedad que ejercía su cuerpo contra la mesa, esa sugerente posición de las caderas susurrando a mi mente lujuria y deseo, sólo faltaba un cartel con el letrero " fóllame el culo ", la pobre Manuela gritaba de desesperación. Benditas conversaciones con Manuela en el baño de aquel Instituto, cuyo nombre no quiero acordarme, del cual no daré más detalles por ahora.

Jessica se liaba el porro mientras hablábamos sobre su carrera. Estudia Historia del Arte, era de Madrid, pero había venido a estudiar a Valencia hacía un año. Pertenecía a una familia acomodada de Pozuelo disponiendo de todos los caprichos que quisiera. Aún así, se la veía madura, o emocionalmente cuerda. A sus 21 añitos se presentaba ante mí un bombón que a todos nos apetece re chupetear con cara picarona. De repente, un trozo de marihuana cayó por su escoté. Mientras se reía, empezó a golpearse los pechos intentando quitar el resto de flor de cáñamo, sin embargo lo que ocurrió fue más interesante.

En el tercer golpecito que arremetió a sus jugosas pechugas de pavo, la teta izquierda quedo al descubierto mostrando todo su esplendor. Durante unos segundos quede embobado ante semejante signo de fertilidad femenina. Totalmente redonda cómo un globo recién hinchado, perfecta, como la tierra el día de su creación. Deliciosa piel blanquecina, donde se veía el pliegue del bikini y la mejor parte de todas, su pezón.

¿ Conocéis esos pezones gigantes, grandes cómo una galleta María ? Esa es Jessica amigos y amigas, puro caramelo con cuerpo de galleta... Tardó en darse cuenta un minuto del rumbo fijo en el que se habían sumergido mis ojos, entonces ella entorno su cabeza hacia el mismo objetivo:

• ¡Uy! Se ha salido una, jijiji - Mientras la volvía a meter presa en su cárcel a modo de sujetador.

• Pufff, por mí no hay problema Jessica, no soy vergonzoso, me encanta admirar el cuerpo humano, la naturaleza es hermosa, esas tetas más aún - Mientras sonreía con cara de uno de los protas de la película Porky´s ( si no la conocéis buscarla en San Google, ideal la trilogía ).

• Vaya, nos ha salido un portero juguetón... - Mientras me pasaba el porro.

El silencio fue la banda sonora que acompaño la escena durante unos segundos y decidí salirme del esquema táctico del buitre para volver a derroteros socialmente más moderados:

• Y bueno Jessica, cuéntame más sobre tí, ¿ Cuánto llevas con tu novio ? - Con cara seria, cómo un policía aduanero cuando encuentra un cargamento de revistas porno después de dos semanas sin ver a su mujer.

• Pues llevamos dos años, pero ahora mismo... no pasamos una buena etapa - Mientras suspiraba. - No lleva bien la idea de que esté tan lejos de él y llevamos dos semanas sin hablar con él... en realidad no sé si estamos juntos o no.

Podría haber pensado que era una indirecta, pero para nada lo era, esa chiquilla estaba con los ojos entre lágrimas y los hombros encogidos. Una cosa es que una mujer te atraiga y la follases hasta que el falo acabase asomando cual topillo por la tráquea, pero antes de nada, soy empático cuando veo a un ser humano sufrir.

• Esas cosas ocurren Jessi. - Mientras daba una larga calada a esa sativa. - Las relaciones a distancia tienen inconvenientes, más en tú contexto. Eres joven y supongo que él también lo será. Lo más justo para los dos, sería que no estuvieseis con las tonterías de estaros sin hablar, sólo vais a enfriar los sentimientos que quizás sean eternos o quizás no.

• Yo... - Mientras miraba al suelo. - Creo que ya no le quiero. Le tengo cariño, pero después de dos años fuera de casa, le veo más cómo un extraño que como mi pareja. Tengo 21 años, me gustaría probar otras experiencias en la vída, no hablo de sexo u otros tíos ( ya, ya... claro que no ), si no de vivir nuevas aventuras y madurar como persona, cómo mujer... - mirando a mis ojos fijamente, cómo buscando una conexión neuronal telepática en la que yo la diese la razón.

Tras eso, echó a llorar y se lanzó a mis abrazos desconsoladamente. Pero ojo, no para follarme cual jabata en celo, sólo por la necesidad física de un abrazo, de alguien que la consolase. Estuvimos abrazados unos 4 minutos, hasta que se relajó, en ese momento, de forma muy suave la dije lo siguiente:

• Jessica, un placer hablar contigo, pero me tengo que ir. - con voz melosa - Por favor, si en cualquier momento te sientes mal, sólo tienes que llamarme y puedes contar conmigo para lo que necesites.

La di dos besos y me dispuse a cruzar la puerta dirección a la vomitona ( que contraste, de estar en los brazos de una jaca 5 jotas, a olisquear los restos de alcohol y trocitos de pizza de una pota en descomposición ).

• Julio. - Dijo ella cuando estaba ya en la puerta.

• Dime Jessi. - imaginando una escena porno, que más quisiera Nacho Vidal haber vivido.

• ¿ Tienes Skype ? Por las noches después de estudiar suelo conectarme un rato a internet, siempre que salgo a fumarme un porro al rellano escucho tu televisión. - Dijo sonriendo. - Cuando andes despierto, podríamos charlar de vez en cuando por las noches y hacer el chorras por la cam..

¿ El chorras por la cam ? Podría sacarla la churra y ella a mí las berzas, pero seguro que se refiere a hacer el canelo poniendo caritas y buscar " esa conexión de confianza " para acabar en la zona de amigo pagafantero, para los hípsters , la denominada " friendzone ". Aún así, cómo buen hombre beta que soy, no dudé ni balbuceé al darla mi dirección segundos después.

Tras esta experiencia religiosa, como diría Enriquito Iglesias ( descendiente de una estirpe de vividores folladores de primera categoría ) volví a poner la cabeza en los hombros al oler la que se me avecinaba junto al ascensor, ese suculento y no menos maloliente grumo de vómito que aguardaba mi llegada como una damisela a su truhán. Trocitos de pizza se aglutinaban con una baba blanquecina que olía a Vodka. Mientras mi imaginación se dispara en torno las tetas de Jessica , se me fué el santo al cielo ( por no decir otra cosa, no vaya a ser que sea horario infantil ). Tropecé con el vómito y acabé impregnado de la salsa mágica de nuestra querida amiga Marta.

• ¡ Joder qué puto asco! - Grité.

Una vez limpiado esos restos biológicos frutos de la afición del pimplar ( mientras contenía la respiración cómo los delfines por el mar ) me dirigí a mi piso a ducharme. En la ducha sólo podía pensar en el pezón de Jessica, en el momento previo, con su dulce mano azotando suavemente sus senos mientras estos se balanceaban con una firmeza envidiable de un lado a otro.

Tuve finalmente, una conversación bastante profunda con Manuela sobre las virtudes de Jessica, finalizada esa profunda charla entre un filósofo y su aprendiz, terminé mi ducha de agua fría con medio porro de marihuana que había " sobrado " de la casa de las súper nenas.

Cuando mis pies sintieron el dulce frío que emanaba mi sábana perfectamente estirada, sentí que los ángeles cantaban nanas a mi alrededor mientras una explosión de fuegos artificiales imaginarios inundó mis neuronas, mañana vuelve la rutina, pero esta noche vi un pezón galleta " maría " y eso, señores y señoras, es prácticamente imposible. Una luz resplandeció en la oscuridad de mi habitación, el móvil sonaba frenéticamente, alcancé a tocarlo con el dedo índice, rechace la llamada. No era por estar fuera de horario, los ojos me pesaban cómo bloques de cemento sobre un fino papel de tienda China ( los " Todo a cien " de ahora, vamos ), Creo que Morfeo está pronunciando mi nombre ahora...

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