La crueldad de las expectativas

in #spanish3 years ago

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En momentos cruciales de nuestras vidas albergamos expectativas que nos alivien la realidad que estamos viviendo en un momento dado. Dentro de nuestros corazones, en duermevela, hospedamos a las expectativas como una esperanza de salvación.
El peligro, su peligro, está en la intensidad cuando concebimos a la expectativa que recreamos como única salida, es entonces cuando su ponzoña se pega tanto como sea nuestro abrazo emocional. Si nos aferramos con todas nuestras energías a ese único sagrado e íntimo deseo, personal y/o colectivo, quedamos a merced de su crueldad, porque sustituye unipolarmente a toda la gama de posibilidades que nos ofrece la divina vida, encajonándonos, por voluntad propia, en esa sola alternativa, la cual, como flojera espiritual, ocupará nuestro cuerpo emocional con algo que no tiene certeza de realidad. Además, cuando nos apegamos a esa única opción estaremos suplicando, cayendo, sin darnos cuenta, en las energías del miedo y negación de aquello por lo que hemos creado tal expectativa.
La palabra expectativa viene del latín y significa la esperanza de que ocurra algo, está compuesta por las raíces “ex” que significa hacia afuera y “spectare” que es contemplar, ver detalladamente. (Diccionario Etimológico. EtimologíasdeChile.Net). Pero a la esperanza no siempre se la mira con beneplácito, más bien con temor como integrante especial del mito de la Caja de Pandora, la primera y más hermosa mujer que, por orden de Zeus, fue modelada con tierra y agua, pero que no podía resistir a la curiosidad, la cual la llevó a destapar la vasija donde los dioses del Olimpo habían puesto todos los males para proteger a los humanos. Una vez que Pandora abrió esta caja salieron todas las calamidades y se esparcieron por el mundo, menos la esperanza que quedó encerrada en el fondo. (Etimología de las Pasiones. Ivonne Bordelois)
Según este mito, la esperanza formaba parte de los males que los dioses mantenían encerrados para proteger a los humanos, porque la consideraban un engañoso consuelo. Tanto en la esperanza como en la expectativa hay siempre el temor de que el deseo no se realice, dejando a la persona que la concibió en un tiempo de parálisis, que será río a la mar si la divinidad cumple el anhelo o agua derramada sin consuelo, si el deseo es incumplido.



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Recientemente experimenté los rigores de la expectativa incumplida. Mi corazón se rajó como la piel en la sal. Por un tiempo que para mis emociones pareció eternidad, me sentí abandonada por los dioses sin remedio, me quedé como una exclamación a medio camino, como un vaho hacia adentro.
Fue entonces cuando comprendí lo que debí haber hecho hace mucho tiempo: el peligro que encierran las expectativas cuando se erigen como superhéroes de salvación por encima de nuestros propios poderes.
Son un engaño que mis expectativas, mientras duraron, dominaron a mi cuerpo, a mi imaginación y a mi mente dejándome en ese tiempo en total pasividad contando los pollos antes de nacer. Pero lo peor es la resaca que se desata cuando no se cumplen, una rabia inmisericorde conmigo y con Dios mismo, a quien culpaba por haberme dejado creer en fantasías. Así estuve días carcomida por la depresión que tomó su protagonismo hasta que, gracias a la fe que tengo y a las herramientas que he ido aprendiendo a lo largo de mi camino de crecimiento holístico, como la respiración consciente y conectada de la energía, como el canto de mantras, la meditación y el ejercicio físico, pude zafarme de los tentáculos de las expectativas y su consorte la frustración. Es bueno tener deseos, visualizarlos, dibujarlos en mapas del tesoro, pero cuando sintamos que están cobrando una fuerza inusitada como si fuera lo único que nos facilitará tener la vida que deseamos, será el momento de hacer un alto y ver.

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Tenemos la fuerza divina de lograr lo que queremos, solo necesitamos pedir ayuda a Dios o a la divinidad que te acompaña como enseñanza cultural. Desde esa mirada podremos descansar en los brazos que como miles de tentáculos se nos ofrecen.

La primera foto la tomó mi hija @irenacastro, las demás son de mi autoría.
Utilicé a Deepl como traductor



AHORA EN INGLES

The cruelty of expectations

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At crucial moments in our lives, we harbor expectations to alleviate the reality we are living at a given moment. Inside our hearts, in our slumber, we host expectations as a hope of salvation.
The danger, its danger, is in the intensity when we conceive the expectation we recreate as the only way out, it is then when its poison sticks as much as our emotional embrace. If we cling with all our energies to that one sacred and intimate desire, personal and/or collective, we remain at the mercy of its cruelty, because it replaces unipolarly the whole range of possibilities that the divine life offers us, boxing us, by our own will, in that single alternative, which, as spiritual laziness, will occupy our emotional body with something that has no certainty of reality. Moreover, when we become attached to that single option we will be begging, falling, without realizing it, into the energies of fear and denial of that for which we have created such an expectation.
The word expectation comes from Latin and means the hope that something will happen, it is composed of the roots "ex" which means outward and "spectare" which is to contemplate, to see in detail (Etymological Dictionary. EtimologíasdeChile.Net). But hope is not always looked upon with favor, but rather with fear as a special member of the myth of Pandora's Box, the first and most beautiful woman who, by order of Zeus, was modeled with earth and water, but who could not resist curiosity, which led her to uncover the vessel where the gods of Olympus had put all the evils to protect humans. Once Pandora opened this box, all the calamities came out and spread throughout the world, except hope, which remained locked at the bottom (Etymology of the Passions. Ivonne Bordelois).
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According to this myth, hope was part of the evils that the gods kept locked up to protect humans, because they considered it a deceptive consolation. In both hope and expectation there is always the fear that the wish will not be fulfilled, leaving the person who conceived it in a time of paralysis, which will be river to the sea if the divinity fulfills the longing or water spilled without consolation, if the wish is unfulfilled.

I recently experienced the rigors of unfulfilled expectation. My heart cracked like skin on salt. For a time that to my emotions seemed like eternity, I felt hopelessly abandoned by the gods, I stood like an exclamation halfway, like a mist inward.
It was then that I understood what I should have done a long time ago: the danger that expectations hold when they stand as superheroes of salvation above our own powers.

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They are a delusion that my expectations, while they lasted, dominated my body, my imagination and my mind leaving me in that time in total passivity counting my chickens before they hatched. But the worst is the hangover that is unleashed when they are not fulfilled, a merciless rage with myself and with God Himself, whom I blamed for having let me believe in fantasies. So I spent days eaten away by depression that took center stage until, thanks to the faith I have and the tools I have been learning along my path of holistic growth, such as conscious breathing and connected energy, such as chanting mantras, meditation and physical exercise, I was able to break free from the tentacles of expectations and their consort, frustration. It is good to have desires, to visualize them, to draw them in treasure maps, but when we feel that they are gaining an unusual force as if it were the only thing that will facilitate us to have the life we desire, it will be the moment to stop and see.
We have the divine strength to achieve what we want, we only need to ask for help to God or to the divinity that accompanies you as a cultural teaching. From that look we will be able to rest in the arms that like thousands of tentacles are offered to us.
The first photo was taken by my daughter IrenaCastro, the others are by me.
I used deepl as translator.

Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)