Muchas veces parece que hemos limpiado nuestras mentes lo suficiente, que hemos alcanzado eso tan preciado, y estamos casi 100% seguros de cada decisión. Y de repente, en estos momentos, suelen ocurrir reveses, esos que nos hacen darnos cuenta que estamos surfeando la vida, que después de fluir con una ola, viene otra diferente, y tendremos que hacer otras cosas...aprender nuevas técnicas, conectarnos con nuestro interior, improvisar.

Hay tanta ignorancia en la seguridad de quién cree que todo lo sabe, tanta soberbia...Cada día es bueno para darnos cuenta que podemos empezar de nuevo, aprender, hacernos responsables, no es el mar, no es el viento, no es la tabla...somos nosotros en todo momento los únicos responsables de nuestro sentir, nuestra forma de ver, de accionar.

Entonces llegan esos pequeños momentos, cuando la humildad nos hace entender la inmensidad de la vida (del mar), se trata de que en un segundo todo puede cambiar y mantenernos surfeando olas es parte del verdadero logro.