Somos los soldados de la palabra, llamados a esta dura lucha por la defensa de estos paladines que son el libro y el idioma; el primero por ser el baúl de la memoria eterna de los conocimientos del hombre y el idioma porque encierra dentro de sí, el alma y la idiosincrasia de los pueblos, en este caso defendemos el castellano como la lengua que heredamos del imperio español, y que hoy en día es uno de los idiomas más pujantes debido a su constante evolución. Este 23 de abril celebramos el día del idioma y del libro, donde Miguel de Cervantes Saavedra funge como símbolo y fuerza de lucha con su gran novela: Don Quijote de la Mancha, obra de arte hecha novela que ha perdurado por los siglos y que nos hace merecedores a todos los escritores de llamarnos soldados de la palabra. Dentro de ese mundo del arte de escribir nos encontramos con la poesía, donde el lenguaje se convierte en síntesis, para descubrirnos una realidad a través de la metáfora y sugerirnos el dolor, la alegría y todas las emociones contenidas en esa caja que es nuestro cuerpo y mente enfrentados al mundo.

Después de esta introducción les diré que vamos a hablar de la poesía, esa razón que los poetas llevamos por dentro como un don mágico, la cual requiere de esos instrumentos maravillosos que son los signos gráficos que representan a las palabras. Todavía, después de tantos siglos de civilización nos preguntamos qué es la poesía ¿con qué podemos comer eso,? Cuando es el poeta el que se pregunta, es por supuesto para entender su esencia espiritual; pero cuando nos lo hacen aquellos que solo ven el mundo desde el punto de vista material, es con la finalidad de desarmarnos y dejarnos en un “fuera de base” por aquello que la poesía sirve para que te mueras de hambre, no es un producto de consumo por el cual obtienes un fin económico.

Es cierto que la poesía es un hecho individual, un sueño de algunas personas que encaran un destino muy particular, en la medida que de verdad sean poetas, aquellos que como seres humanos han constituido un proyecto de vida, el cual les toca defender afrontando las consecuencias que de ello surge y realizando otras actividades que les permita enfrentar la sobrevivencia dentro la sociedad.

Esto es simplemente una reflexión. Pero hoy en día el enemigo a vencer es muy peligroso, porque están matando, -palabra dura-, mejor decir anulando, ese aliado maravilloso que es la imaginación y uno de los peores enemigos que tenemos es la televisión, porque es la que más daño hace, es el enemigo en casa, cada día somos más espectadores, pero espectadores pasivos frente a los hechos que ocurren a nuestro alrededor, llámese barrio, país o el mundo. La familia cada día se comunica menos, la violencia se nos ha transformado en una simple rutina y ya el asombro, o la capacidad de asombrarnos no existe, todo es simplemente cotidiano. Vemos los hechos violentos como algo normal: la guerra, el genocidio, el daño ambiental y tantos otros males que nos aquejan.

Estamos frente a un mundo técnico, materialista, hasta la educación se nos ha vuelto técnica, la sociedad lo que necesita son técnicos, individuos que sólo sepan manejar una máquina, desempeñar un oficio y que no sean personas problemáticas y después de eso “pan y circo ” y así mantenernos felices.

¿La ética, los valores morales donde quedan? La educación humanística es la vía, pero esa educación no interesa, esa educación crea gente que razona, que piensa, crea líderes. Crea conciencia del por qué de la vida, como afrontarla desde diferentes perspectivas. Aquí voy a colocar una cita de Sheina Leoni: > Hablar de una educación Humanista, implica hacer referencia a aquel tipo de Educación que pretende formar integralmente a las personas como tales , a convertir a los educandos en miembros útiles para si mismos y para los demás miembros de la Sociedad. Es por eso que pone énfasis, además de los temas curriculares, en la enseñanza de normas, valores y creencias que fomenten el respeto y la tolerancia entre las personas. Click aquí

Si miramos el recorridos de la humanidad, viajando por el pasado, buscando en la historia de este nuestro mundo, nos encontramos que los reyes entendían muy bien del peligro que representaban los hombres de letras y la educación humanista que pregonaban poetas y filosofos y por eso preferían tenerlos dentro de los palacios y no sueltos entre la plebe, porque se convertían en un peligro para el sostenimiento del poder. Pero ustedes se preguntaran: ¿qué tiene esto que ver con la poesía? Y les respondo con una frase del poeta mexicano Octavio Paz: “La poesía es el lenguaje original de la sociedad”

La sociedad está compuesta por signos que es como decir la materia esta compuesta por átomos, esos signos que están por todos lados, y que no podemos ver es lo que toma el poeta para descifrar el mundo, el poeta se convierte un traductor de esos signos que están presentes en el habla de la gente, en su quehacer cotidiano, en cada una de las emociones, en las palabras que nacen y que van enriqueciendo el idioma , que van reflejando los hechos sociales, eso que llaman historia y la poesía es la conciencia de la historia y los poetas recogen , traducen, captan esos signos y los reflejan en sus versos y con ellos tratan de revelarle al hombre, a los pueblos los misterios de la vida, en función de la felicidad, sin la angustia de lo desconocido.

En este siglo que caminamos la poesía es cada vez más necesaria, necesitamos un renacimiento del ser humano, necesitamos luchar de nuevo contra los fanatismos, sean estos político o religiosos. Luchar contra ese pensamiento materialista que nos hace seres insensibles frente al sufrimiento de la humanidad.

La suerte del planeta está en construir hombres más humanos, capaces de vivir en una sociedad donde impere el orden y la justicia, los valores morales y espirituales. La poesía tiene que seguir siendo esa conciencia histórica y mantener viva la llama de la imaginación. Voy a finalizar con unas palabras del poeta argentino Raúl Gustavo Aguirre :

Si el milagro y lo maravilloso no existieran los poetas lo inventarían, los poetas que no viven de sueños sino con los ojos bien abiertos a la realidad. Una realidad en la que no todos hoy se atreven a caminar: la realidad de la vida, que no termina al salir del empleo o al apagar el televisor. Y no quisiera olvidar nunca esa sencilla y rotunda verdad que para todos nosotros dejo escrita Nerval: somos de la misma materia con que están hechos los sueños ” Que lo maravilloso siga durando, que algún día sea la tarea común.

Fuente

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