No toda historia tiene un final feliz, pero toda historia tiene su inicio y esta comienza hace mucho tiempo, cuando conocí a una chica muy bella, hermosa, pero no sabía quién era en realidad, en ese entonces esta segado; pensando que estaba con una buena chica; pero resulto ser todo lo contrario. En fin esta es otra historia; la chica de quien les hablo, la bella y hermosa chica, no estaba pendiente de nadie, éramos muy chamos.
Paso el tiempo, deje de verla, ella dejo de verme, cada quien siguió su camino, quien iba a pensar que algún día nos encontraríamos otra vez.
Pasa el tiempo, chicas van, chivas vienen, no ha pasado nada, todo sigue igual, llego al trabajo, un shopping para ser exactos, montado todo para el gran día; y a lo lejos veo una figura escultural, algo familiar, de belleza única. Al acercarse mas me doy cuenta de quién se trata, aquella chica que conocí hace tantos años, ya había crecido, se había graduado y todo, única como ella, pero solo podía admirar su belleza, no tenía el valor de hablarle, quien le prestaría atención a una persona como yo, cuando ella se encontraba acompañada de aquel estereotipo de hombre perfecto, trabajo estable, carro, reconocido, buen sueldo, blanco, alto… todo aquello que yo no podría ser. Nunca le dije nada, ni siquiera pude verla a los ojos aquella vez.
Pasan las semanas y sigo trabajando con la misma gente, esta vez montando otro evento, una fiesta. Vaya sorpresa la mía cuando aquel día del evento, por aquella puerta entra la flor más bella de todas, despedía unas belleza radiante, nadie podía dejar de verla. Ese día me di cuenta de la mujer que estaba dejando escapar, no podía desaprovechar la oportunidad ¡Es ella! es una en un millón, pero; una vez más la timidez venció, solo mire a lo lejos como se desvanecía aquella oportunidad, sabiendo que ya no la vería más.
CONTINUARA...