A mediados del siglo XV, las aldeas estaban siendo atemorizadas por algo invisible. Saqueaban sus pueblos y se llevaban a los niños menores de 10 años. El ejército vigilaba las aldeas día y noche pero sin resultado alguno, pues si no eran vencidos por el enemigo, se les consideraba orates. Las historias que contaban los soldados malheridos eran tan increíbles que los tomaban por locos, siendo encerrados en los calabozos para que sus historias no asustaran más a los aldeanos.

Un día un niño mirando al cielo, vió sobre una nube un pueblo, y asustado llamó a su mamá. Ella y el resto de aldeanos cercanos acudieron al grito del niño. Quedaron fascinados con lo que estaban viendo, oyeron un estruendo y al bajar la mirada del cielo. Estaban rodeados por un ejército extranjero. Los aldeanos pidieron clemencia a los extranjeros, mostrándose serviles a su pueblo. El rey del pueblo fantasma vió su humildad y les concedió la indulgencia. Les invitó a formar parte de su pueblo, pues no podía dejar supervivientes que les delataran de su existencia.

Fueron 50 años de ataques sangrientos, saqueos y secuestros de niños. Sin saber el porqué cesaron y llegó la tranquilidad a las aldeas. El pueblo que se trasladaba entre las nubes se quedó sin suministros del mineral que extraían y ya no podían teletransportarse, quedando atrapados entre las nubes y quedando en el olvido.

Hace poco en las noticias se habló de que en algunos países veían pueblos flotantes ¿Será nuestro pueblo fantasma que vuelve a sus andanzas?

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