Ciertamente si no hay un adecuado control para inhibir distracciones no se puede terminar con las tareas que estamos realizando y un buen autocontrol beneficia este objetivo. Hay programas de base cognitivo-conductual para enseñar a los niños (sobre todo los que tienen problemas de atención) desde pequeños a inhibir los estímulos secundarios y centrar la atención sobre la actividad hasta terminarla. Son pasos progresivos y automonitoreados tanto por el niño como por la persona que media este aprendizaje. Así tendremos adultos menos distraídos, en un futuro a largo plazo.
Interesante artículo, @resiliencia.
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