Oscura Diosa. Capitulo 0. Parte III

in #spanish7 years ago

Saludos amigos de Steemit. Esta la tercera y última parte de La Oscura Diosa.

Aca el link de la parte anterior: https://steemit.com/spanish/@rruiz/oscura-diosa-capitulo-0-parte-2

Este pequeño relato fraccionado ha fungido como introducción para un próximo escrito mas extenso.

Y ahora, el final:

– ¡Deténganse! ¡No maten a mis hijos!

El grito estuvo cerca de desgarrar la garganta de Lilit.

Sin que pudiera detenerlos, los veloces orbes comenzaron a esparcirse en todas direcciones en rutas elípticas a gran velocidad dejando una estala de luz apenas perceptible a los ojos de Lilit. Las esferas surcaban el cielo que recién acogía al ocaso y se dirigian justo donde los hijos de Lilit descansaban, tomándolos por sorpresa.

No había escapatoria para ellos. En instantes los demonios hijos de Lilit eran impactados por las fogosa luces de las centelleantes esferas. Con solo un ligero contacto, los cuerpos corruptos ardían en una llama roja y negruzca para luego ser consumidos por esas mismas flamas.

La carne de los desgraciados no se quemaba, en su lugar, solo se expandia y explotaba como una delicada burbuja en medio del aire, dejando el vacío donde una vez hubo un hijo de Lilit. En el suelo chamuscado, solo quedaba el rastro débil del polvo enrojecido.

Cada uno de los hijos de Lilit, estaban a merced de los orbes que en segundos desaparecían para ir tras de ellos. Todo ocurre de forma fulminante y precisa que, al momento de su muerte, no podía escucharse el más mínimo sonido de agonía o sufrimiento ni mucho menos el lamento de dolor de las víctimas.

Algunos intentaron escapar, pero fueron esfuerzos fútiles, solo consiguieron ser perseguidos hasta el final.

Desde el principio no existía salvación para ellos.

Era un designio de Creador. Cien de los hijos de Lilit morirán al anochecer.

Y así como se pronunció, fue cumplido.

Bastaron escasos treinta segundos para que los cien orbes flotantes que rodeaban al pilar de luz acabaran por eliminar a sus objetivos. El pilar comenzó a reducirse hasta tomar una vez más la forma de los mensajeros de Creador. Esta vez se detuvieron al lado de Lilit.

Lilit está ahora de pie frente a las orillas del Mar Rojo. Observa incrédula, con ojos anegados en lágrimas, como aquellos diminutos particulas de polvo, esos que solían ser sus hijos, revolotean en el viento del anochecer.

Inmóvil y sin fuerzas en sus piernas, cae sobre sus rodillas. El sonido de los sollozos de Lilit se confunden con el crepitar de las olas que rompen frente ella.

– A partir de ahora, y hasta que hayan sido eliminados cada uno, tus engendros serán despojados de su vida. Si intentas procrear más hijos, solo aumentaras tu dolor. El resultado será el mismo. Una noche, cien hijos. Ese es el castigo que recibirás.

Después de esa sentencia, los seres brillantes desaparecieron al instante, dejando sola a Lilit. La mujer, cuya embriaguez de libertad la condujo a tomar decisiones descontroladas, ha terminado por crear un círculo interminable de aberraciones y muerte.

Aun con otros cientos de sus hijos alrededor de la tierra recién creada, sus sentencias de muerte ya habían sido dictadas esa noche, aunque haya sido Creador quien levanto la espada, fue Lilit quien había encendido la furia del él.

Ella comienza a llorar, sin consuelo. Aprieta sus puños con tal fuerza que las uñas terminan por clavarse en su piel haciendo que la sangre corra entre sus dedos. Con la mirada cubierta por su cabello, Lilit se levanta y sin apartar la mirada del horizonte declaraba con voz sumida en dolor:

"Creador, has tomado la vida mis hijos en lugar de la mía. Soy yo quien debería morir, desaparecer en la nada y ser abandonada en el olvido – deambuló por escasos metros y continúo–. Son fruto de mi libertad, de lo que es correcto para mí. Son hijos del mal, lo sé, pero no debieron ser apartados de mí. No tienes piedad, tu infinita bondad ahora es opacada por un implacable castigo. Tienes una espada desalmada mi Creador."

Lilit entró en a las aguas del mar rojo hasta que sus rodillas fueron cubiertas por el oscurecido líquido. Continuo despues de un corto silencio continuo, esta vez con un indescriptible dolor y odio en su voz.

"Entonces, seré tan despiadada con tus hijos como lo has sido con los míos. Has dado solo hasta el anochecer a mis hijos para luego morir a manos de tus mensajeros. Pero yo seré benevolente, les daré más tiempo para vivir. Después de eso, los matare. Los destripare, romperé y partiré; es mejor que tomes esto como mi juramento, Creador."

Una risa vacía era lo único que se podía escuchar. Lilit, tomó la resolución de tomar la vida de otros seres vivos para compensar la partida de sus primogénitos, esos que fueron y serán alejados de ella.

Luego de la expulsión de Adán y Eva de los dominios de Creador, ellos procrearon y poblaron aquella esa tierra, y entre los descendientes de esa prole, se contaba la leyenda de una entidad que tomaba raptados, y los mataba. La venganza de Lilit la llevo a cometer cantidades de masacres en nombre de sus hijos caídos. En ocasiones, se encontraban los cuerpos de los infantes descompuestos y descuartizados en parajes.

Creador no podía permitir que esto continuara. Por lo que envió a uno de sus mensajeros entre los hijos de Adán y Eva, y le guio a tomar practicas a aquellos varones que nacieran en su linaje. Con esto, formarían un poderoso vínculo de protección tan poderoso con Creador, que Lilit no sería capaz de poner sobre ellos ni el más delgado de sus dedos.

La acción protegió a los descendientes y esto termino por acortar las opciones para ella.

Los demonios con que había tenido relaciones, ahora se alejaban de ella por miedo a ser víctimas del mismo destino que sus hijos.

Ya no podría completar su venganza, tampoco llenar el vacío que había dejado en su corazón la ausencia de los hijos desterrados y convertidos en polvo por aquel quien le habría brindado a ella la vida.

Estaba siendo dejada atrás.

Esto hizo que la sensación de soledad aumentara sin control.

Su alma y corazón estaba siendo viciado por el odio y la venganza. Todo esto luego de haber perdido su sentido como madre, y que además sentía su valor como mujer era también restado. Mientras más pasaba el tiempo, sus razones para vivir en esa tierra se reducían.

Esto le atemorizo. No tenía a sus hijos junto a ella, ni amantes.

Estaba sola.

Entonces decidió buscar en los hijos de Adán aquello que perdió.

No importaba el método, solo quería recuperar lo perdido, incluso si debía recurrir a la prole del hombre que tanto odia. Decidida a embarazarse de nuevo, intento seducir a los hijos de Adán, pero debido al prolongado intercambio que tuvo con los demonios, emanaba un aura oscura que producía repulsión en sus posibles amantes. Se transformo en un ente insoportable para humanos.

En medio adversa situación, decide tomar el semen de los hombres a la fuerza. Así, aunque no tuvieran intenciones de engendrar un hijo con ella, podría conseguirlo de cualquier forma.

Y lo logró.

Explotando las inseguridades de los habitantes del mundo recién creado, alcanzo a través de recompensas que lo hombres ofrecieran de forma voluntaria su semilla.

Para ello, Lilit escogió un joven solitario y le propuso un trato.

Un intercambio.

“Hombre, ofrece tu virilidad con actos de amor hacia una única mujer, y además ofrece tu semilla a mí y tus esfuerzos para ella; que yo la tomare y te recompensare con el talento que más anheles. Pero si faltas a tu ofrenda traicionando nuestro mutuo juramento, entonces serás despojado de mi favor y donde he postrado mis labios, esa carne morirá y tu vida se extinguirá”.

Aquel hombre trastornado por la soledad, accedió a los términos del trato y juro en su nombre pidiendo ser el más atractivo para cualquier mujer, en cambio el ofrecería su semilla a ella y juro ser fiel a la primera de la que se enamorara. Lilit, a través de la influencia adquirida por el contacto constante con demonios, cernió sobre él encanto necesario para seducir a cualquier mujer. Pero debido a la ambigüedad de las condiciones, terminó por ser infiel, por lo que Lilit tomó el cuerpo del joven y drenó todos sus fluidos, en especial su semen.

Antes de faltar a su palabra, el joven esparció a través de varios pueblos el mito sobre la Diosa Lilit, que al concederle su cuerpo le otorga el talento que desearan. Con esto su poder comenzó a conocerse a través de la tierra de Creador. Unos la llamaron demonio, otra criatura de la noche impura. Sin embargo, hombres de todas las edades tributaron su cuerpo a cambio de increíbles favores.

Debido a la calidad de los fluidos ofrecidos por los hombres, tomaba más tiempo para ella embarazarse. Los hijos de Adán eran, por mucho, más débiles que los demonios que habitaban el Mar Muerto. Sin embargo, esto no impidió que Lilit consumara su venganza.

Y así, encontró un nuevo propósito para su existencia: desgraciar la vida de los hombres en la tierra de Creador.

El placer de ver en decadencia a los hijos de Adán y el provecho que obtiene con el trato, hizo que creciera su ego. Entonces, ella adopto entonces el nombre de Lilith, la Oscura Diosa.

Cientos de años habían transcurrido desde que Creador intervino para detener la acción Lilit. La protección que había brindado a los hijos desterrados del paraíso de Adán y Eva sobre la tierra recién creada, carecía del alcance suficiente para proteger a los hombres que, ejerciendo su libre albedrío decidían sucumbir ante la idolatría a Lilit y la tentación que ejercía sobre ellos.

Mientras que el tiempo avanzaba, y la interacción de los seres humanos crecía exponencialmente, aparecían adeptos que predicaban, adoraban y veneraban la imagen de una mujer enigmática y pagana que ofrecía alivio y placeres sin ningún costo alrededor del mundo.

Ella ofrece y toma lo que desea.

Desde entonces alrededor del mundo el nombre de Lilith es un secreto a voces.

Un nombre que se asocia a obtener lo imposible. La distancia que había entre alcanzar aquel deseo más profundo, puro, oscuro, corrupto, altruista que anhele una persona estaba a solo una ofrenda definitiva.

Y con eso, nació una secta. Una donde hombres de todo el mundo, sin distinción de credo, edad o estatus social, se arrodillan ante ella.

Uno de ellos, un amante y divulgador de la obra de la Oscura Diosa en el mundo, vive ahora en cierta península. Donde pronto su sola presencia será suficiente para complacer a Lilith, ya que será testigo de cómo los hijos de Adán sufren en su nombre.