QUERIDA MADRE:
No pensé que esto pasaría aunque de joven lo deseaba por rebeldía, anhelaba salir de tu falda para ser yo, para hacer lo que quería, no esperar a que me regalarás por todo o pensar que nada de lo que haría, sería suficiente para que te sintieras orgullosa de mi. Llegue a un punto tal de que sentía odio, era muy confuso, me cuestionaba, me sentía sola e indiferente para ti. Comparaba a las demás familias, que eran muy distintas a lo que tú y yo eramos. Veía que ellos hacían cosas por sus hijos que tú pensabas más de tres en hacer por mi y me mataba por dentro.
Sobre todo porque mis notas eran perfectas, siempre resaltaba en mis clases, nunca tuve vicios, me asegure de cuidar mi reputación... No por ti, si no por mí. Más de una vez me han dicho: Tu eres la hija que mi madre quería. Porque? Si para ti cualquier error que cometiera en casa era suficiente para encender un caos.
Yo tampoco que colaborará mucho era buena fuera de casa pero en ella, vivía relajada. No me importaba si la cama no estaba tendida o si no llene la jarra de agua. A veces trataba de hacer las cosas bien antes de que llegarás para no peliar, pero tú eras experta en encontrarle las 5 patas al gato.
No creo que tu intención era hacerme sentir todo aquello, después de todo soy tu única familia. Pero lamentablemente eso era lo único que me dabas a entender. Mientras yo me agobiaba, buscaba amor en otras partes donde solo encontraba migajas porque solo era una segunda opción, la segunda amiga, la segunda hija para los que me rodeaban.
Sabes madre, ya todo paso! Encontré el amor, decidí buscar en otro horizonte el amor y la estabilidad emocional y mental que siento es una creación de Dios. Sin embargo te extraño, más de lo que aparento, por dentro no quería irme de casa y dejarte pero creo que las dos lo necesitábamos. Gracias por todo lo bueno, por educarle como lo hiciste, por enseñarme tus modales y por inspirar mi vida.
TE AMO... A pesar de todo TE AMO