No tenga miedo
Nehemías (que significa Reconfortado por el Señor) era copero del rey Artejerjes, un puesto privilegiado y meticuloso en el reino. Su tarea consistía en degustar la comida del rey y verificar que no estuviese contaminada con veneno. Más que probar el alimento, su principal objetivo era velar por la seguridad alimenticia de su amo. Si Nehemías dejaba de probar una comida, su rey podía ser envenado, aunque si la consumía y contenía veneno, inmediatamente moriría el copero y el rey estaría a salvo. Imagina la confianza que tuvo que tener el rey en Nehemías para otorgarle tal puesto y confiar en que lo que estaba comiendo no le iba a provocar la muerte.
El pueblo de Israel, donde pertenecía Nehemías, estaba dispersado y dominado por los persas que tenían al Oriente Medio bajo sus pies. Un día su hermano Hananí llegó con noticias a Nehemías sobre su pueblo:
Los que escaparon de ir al destierro y se quedaron en la provincia, están en una situación muy difícil y vergonzosa. En cuanto a Jerusalén, la muralla ha sido derribada y sus puertas han sido destruidas por el fuego.
Al escuchar ésta noticia, Nehemías lloró amargamente pues su país había sido destruido y las murallas que protegían el pueblo de los invasores en ruinas. Tanto fue el impacto que tuvo ésta noticia que estuvo varios días de duelo por el dolor que sentía. Le dolía ver a su pueblo en miserias, desprotegido, desabrigado y expuesto a los invasores. Después de orarle a Dios, fue delante del rey a seguir sus obligaciones. El rey al ver la tristeza en los ojos de Nehemías le preguntó el porqué de su aflicción, oportunidad que tuvo Nehemías de entablar una conversación:
Nehemias 2:3-8
Viva siempre Su Majestad! ¿Y cómo no he de verme triste, si la ciudad donde están las tumbas de mis padres se halla en ruinas y sus puertas han sido quemadas?
4 — ¿Qué puedo hacer por ti? —preguntó el rey.
Entonces me encomendé al Dios del cielo, 5 y respondí al rey:
—Si a Su Majestad le parece bien, y si he alcanzado su favor, pido a Su Majestad que me mande a Judá, a la ciudad donde están enterrados mis padres, para que yo la reconstruya.
6 El rey, a cuyo lado estaba sentada la reina, me contestó:
— ¿Cuánto tiempo durará tu viaje? ¿Cuándo volverás?
Yo le indiqué la fecha, y él aceptó dejarme ir. 7 Además le dije que, si lo estimaba conveniente, se me diera una orden por escrito dirigida a los gobernadores al oeste del río Éufrates, para que me dejaran pasar libremente hasta llegar a Judá; 8 y otra orden escrita para que Asaf, el guardabosques del rey, me diera madera para recubrir las puertas de la ciudadela del templo, así como para la muralla de la ciudad y para la casa donde yo tenía que vivir. Y el rey me lo concedió todo porque yo contaba con la bondadosa ayuda de mi Dios.
Reconstruir los muros de las ciudades conquistadas representaba la amenaza más visible para la administración central persa. Solo en un confidente cercano del rey mismo se podía confiar para tal operación. En el punto más crítico de la revitalización en Judá, Dios levantó a Nehemías para llevar a cabo una de las responsabilidades de mayor confianza en el imperio: el copero y confidente del rey. La vida bajo el rey persa Artajerjes (alrededor del 464-423 a.C.) tenía sus ventajas para Nehemías. Así como José, Ester y Daniel, él había alcanzado un papel significativo en el palacio que en ese entonces gobernaba al mundo antiguo, una posición a partir de la cual Dios lo podía usar para guiar la reedificación de los muros de Jerusalén a pesar de sus implicaciones para el control persa de esa ciudad.
Lo que no sabía Nehemías era lo que le esperaba. Cuando llegó a la ciudad miró que todo el pueblo estaba destrozado y debilitado, decidió animar al pueblo para reconstruir los muros. No era una tarea fácil puesto que sus enemigos no lo querían, pero no tuvo miedo, él tomó tres decisiones muy importantes que lo ayudaron con el plan enmarcado y nos puede ayudar a nosotros a encarar cada situación presentadas en nuestras vidas sin tener miedo.
Tres cosas que Hizo nehemías para no tener miedo*
- Oró: Cuando Sambalat, Tobias y Guesem, gobernadores de Samaria, Amón y de las tierras árabes de Quedar, se enteraron que los muros estaban siendo reconstruidos, se indignaron y comenzaron a burlarse de la patraña que estaban haciendo. Insultaban a los judíos y los amenazaban con atacar a Jerusalén mientras ellos trabajaban. Pero Nehemías sabía las intenciones de sus enemigos, así que decidió hacer algo que los detendrían, oró. Su primera arma no fue una lanza o una espada, mucho menos salir a la batalla contra los que lo oprimían, su primera arma fue la oración. Nehemías 4:4-5 dice:
Entonces yo oré: «Dios nuestro: escucha cómo se burlan de nosotros. Haz que sus ofensas se vuelvan contra ellos, y que caigan en poder del enemigo y sean llevados cautivos a otro país. 5 No les perdones su maldad, ni borres de tu presencia su pecado, pues han insultado a los que están reconstruyendo la muralla.
La oración es un arma letal que nadie puede destruir, es la más poderosa defensa que se puede tener para enfrentar los enemigos. La oración nos conecta con Aquel que ha creado todo lo visible e invisible. Antes de cualquier miedo que podamos tener debemos orar, es la mejor acción que podemos tomar, es gratis y está a nuestro alcance. Muchas veces tomamos decisiones sin antes ir a la fuente de nuestras vidas, Jesús, y luego nos vemos envuelto en apretones que nos ahogan y quitan nuestra paz, todo por no tener en cuenta que antes de actuar debemos orar.
La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad
Martin Lutero.
- Tuvo Fe: Las amenazas al pueblo judío de sus vecinos eran cada días más constantes, pero el pueblo siempre iba un paso más adelante que ellos. Hubo un momento donde las fuerzas se les estaban agotando y no sabían si podían seguir con la reconstrucción de los muros, Nehemias los anima a tener fe y no desmayar, Leemos lo que Nehemías dijo en el capítulo 4:14
Y al ver que tenían miedo, me puse de pie y dije a los nobles, a los gobernantes y al resto del pueblo: «No les tengan miedo. Recuerden que el Señor es grande y terrible, y luchen por sus compatriotas, por sus hijos e hijas, mujeres y hogares.
Nehemías tenía en claro donde estaba puesta su fe y no solo eso sino que buscaba contagiar a los demás de en quien había creído. Nuestras vidas pueden tornarse muy gris y nos preguntamos por qué nos está sucediendo eso. La oración ya está agotada pues intercedemos por lo que nos pasa cada día y seguimos preguntando ¿por qué a mí? ¿Dios escuchará mis oraciones? Antes estas inquietudes sólo nos queda esperar y tener Fe. La fe consiste en tener seguridad de lo que no vemos pronto será visto, y que tarde o temprano nuestras oraciones serán contestadas pues confiamos en Dios, el dueño del oro y la plata.
El camino para ver con la fe es cerrar los ojos de la razón
Benjamín Franklin
- Ideó un plan: La oración y la fe es muy importante, pero todo debe terminar con una acción, no podemos quedarnos sentados esperando que nos llueva maná del cielo, debemos de colocar en práctica por lo que hemos orado y tener un plan para ejecutarlo. La historia de Nehemías nos muestra un claro ejemplo de la actitud que debemos de tomar:
Nehemías 4:15-23
15 Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos preparados y que Dios había desbaratado sus planes, todos nosotros volvimos a la muralla, cada cual a su trabajo. 16 A partir de aquel momento, la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, y la otra mitad se mantenía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes daban todo su apoyo a la gente de Judá 17 que estaba reconstruyendo la muralla. Los cargadores seguían llevando cargas, pero con una mano trabajaban y con la otra sujetaban el arma. 18 Todos los que trabajaban en la construcción tenían la espada a la cintura, y a mi lado estaba el encargado de tocar la trompeta, 19 pues yo había dicho a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «Las obras son enormes y extensas, y nosotros estamos repartidos por la muralla, separados unos de otros.20 Por lo tanto, allá donde escuchen el toque de trompeta, únanse a nosotros, y nuestro Dios luchará a nuestro lado.»
21 De este modo, mientras nosotros trabajábamos de sol a sol en la obra, la mitad de la gente se mantenía con la lanza en la mano.22 Además, en aquella ocasión dije a la gente que todos, incluso los ayudantes, debían pasar la noche dentro de Jerusalén, para que nos protegieran durante la noche y trabajaran durante el día. 23 Además, ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los hombres de la guardia que me acompañaban, nos quitábamos la ropa, y cada uno tenía la lanza en la mano.
Vemos como Nehemías ideó un plan para que sus enemigos no los tomara por sorpresa. Él oraba a Dios y tenía Fe, pero eso sin la acción no causa efecto pues las dos te deben llegar a una acción. Un estudiante no puede quedarse en casa orando para poder terminar su carrera, además de orar y tener fe, debe esforzarse para pasar todas las materias y poder graduarse, así debemos de ser nosotros, esforzarnos y actuando en lo que queremos que suceda.
Hasta que no se llevan a cabo, los planes no son más que sueños.
Dennis Lehane>
Y tú ¿tienes miedo?
El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un enemigo, nos paraliza y crea desconfianza que nos hace creer que algo peligroso va a ocurrir. El miedo tiende a mantenernos intranquilos y amenazados, nos quita la paz y la tranquilidad, en fin, nos deja neutros, inmovilizados. Nosotros decidimos si el miedo toma parte de nuestra vida y nos dejamos seducir por él. Vimos la manera en como un hombre llamado Nehemías no tuvo miedo ante las adversidades que afrento, supo mantener su mirada en Jehová. Él oro, tuvo fe e ideó un plan para que ése miedo no inundara su vida. La decisión es de nosotros.
Excelente publicación, sigue predicando. Dios te bendiga @robertjsmc.