Relato de una vieja felonía infantil

Este es el relato de cómo un pequeño joven de apenas unos tantos años de edad, fue víctima del arrebato de su inocencia en manos de un familiar. Un día como cualquier otro se dispuso a jugar, entre risas, alegría y tiempo desmedido como cual niño él disfrutaba ser y hacer; qué pensaría él que ese día acabaría como uno más de quien se aprovechan como animal que acechan a la más frágil presa. El victimario se le acerco como si nada y le pidió que le acompañara, el pequeño no parecía preocuparse, pues a sus ojos era normal ver que el dueño de aquella voz que no sale de su cabeza ya, era alguien de su vínculo familiar, tal vez un simple mandado tendría que hacer, su conciencia no le haría pensar nada mal, porque ni llevado a la fuerza ni arrastrado a regañadientes el pequeño fue, algo tal vez simple que no le quitaría mucho tiempo y que le permitirá volver a sus andanzas de niñez.

Un cuarto oscuro era el comienzo de su tortura, pues temor a la oscuridad el pequeño tenia, algo que producía hasta el temblar de los vellos de su piel y el de imaginar que saldría monstruos como en las que veía en la tv, sin pensar que la verdad al lado tenía su peor pesadilla. De pronto sintió silencio repentino y sonidos metalizados como el de alguien quitarse el cinturón antes de desabrocharse el pantalón. Llamo por el nombre de quien le pidió que fuese hasta allí pero nadie contesto, eso lo asusto. Pronto sintió unas manos cálidas en su rostro dando a entender que se calmara, que todo estaba bien y que solo él no se encontraba; ese otro sostuvo de su mano derecha y sin medir cuentas lo colocó en su verga, el niño inquieto pero inocente solo obedecía, su ignorancia permitía esa grave felonía.

Abre la boca escuchó, y él sólo obedecía, algo en su interior ya yacía; que locura para cualquiera, pero que curioso para él, que tal vez no sabía, que ese día más tarde dolería y nadie le escucharía; ese niño tal vez pensaría que su superhéroe lo salvaría. Aún hoy en día en su corazón resguarda esas negras memorias de su infancia, aunque prefirió callar cuando se dio cuenta en su madurez que era tarde, aun en sus entrañas pide justicia. Porque aunque fue en esos viejos días, aun cuando solo lo ve, su cuerpo tiembla del mismo modo que lo hace al redactar estas líneas. 

Fuente

_{Si tu hijo(a) o tu son víctimas de abuso sexual, no dudes en denunciar, no tengas miedo, somos muchos los que estamos dispuesto a darte la mano amiga, no permitas que esto se vuelva un mal recuerdo o herida incurable para toda la vida, tu voz será el escape para todos.}