Taller Amarillo
Hola, @charjaim. Lo que muestro más abajo es una edición alternativa de tu cuento. Lo he limitados los primeros párrafos por razones de tiempo.
"Desde niña le causaron intriga esas imágenes donde un náufrago encontraba un mensaje dentro de una botella. Siempre le dio curiosidad imaginar quién podría dejar un escrito allí. Igual le ocurría con las palomas mensajeras: qué tan pequeño podría ser un mensaje para ser transportado por un animal tan frágil.
Era imposible que ella recibiera algo así, porque vivía en plena ciudad y en un apartamento cuyas escenas de ríos o mares solo podían verse en los pequeños cuadros colgados en sus paredes desde quien sabe cuándo.
Aquel hombre había ido a la cafetería varias veces. Se sentaba solo en un lugar de la esquina. Generalmente las personas entraban y pasaban directo a la barra o a las mesas que estaban en el centro cerca del televisor. A ella le llamaba la atención ese hombre solitario que esperaba pacientemente su café y luego se iba con una breve despedida."
Como notarás, también cambié algún verbo y eliminé dos "siempre" de tres que había.
Sé que es innecesario decirlo, pero quiero destacar que estas observaciones las hago con todo respeto por tu cuento, que me parece excelente.
Muchísimas gracias, recibo sus observaciones con agrado porque son necesarias para mejorar el texto. Sí, estoy de acuerdo con todas ellas, seguiré trabajando en el mismo hasta darle un mejor acabado. Saludos.