Recolectores en los Cementerios…..

in #spanish7 years ago



Estando en el cementerio Municipal de mi localidad natal, desgraciadamente en el sepelio de mi adorable MADRE que murió acusa d un cáncer, y viendo a toda la gente que nos acompaño como fueron los familiares, amigos y compañeros de su trabajo, en este día tan doloroso, me llamo la atención unas personas que cargaban objetos en sus brazos, me llamo la atención y me acerque a uno y le pregunte que hacían con esas cosas entre su brazos, y él me contesto son para la ventas, de inmediato me puse a imaginar como era la vida de estos recolectores entre la tumbas de los difunto. 

   Me imaginaba  que ellos  Vagaban entre las tumbas como animas solas recogiendo  los productos, donde a veces solo recogían los restos de afectos o hipocresías pasadas al olvido o deposito de tristeza humana, ramos, coronas y cintas constituyen sus tesoros recolectados, que  arrastran en su percudido saco. En su defecto también recolectan también piezas metálicas que puedan tener algún valor, al ser vendida, es su infierno de sus sustento diario.  

  Los de seguridad del camposanto los conocen a distancia de identidad  alejada del mundo cotidiano. Los respetan en ciertas medidas, compadeciéndose de sus melancólicos pasos y permitiéndoles sus recolecciones “Etéricas “y materiales, en gratificación   a su gratuito servicio de limpieza.  

  Parecen no conocer otros predios distintos a los límites marcados por los muros que rodean el cementerio. Allí se les ve cocinar una vez al día,  cuando el sol comienza a ponerse, en una hoguera  hechas con por coronas de flores secas. Unas latas son  sus ollas y tazas. La che los recoge en una tumba o en un panteón  como habitación y un sarcófago como cama, todo depende del clima. Se ponen a charlar con los difuntos  y los invitan a unírseles en su errante silencio. A su vez, los esqueletos, tratan de convencerlos de que abandonen esa vida de penas que llevan  y que continúen como ellos el camino en la invisibilidad parcial que ellos practican.  

  En ese extravió, tal vez, los ladrones de tumbas que no perdonaron su intromisión  en el negocio ni el susto que padecieron, los devolvieron súbitamente a la materialidad como cadáveres desconocido.