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RE: Taller literario - día 1 -Comenta el cuento de @poesiaempirica y gana SBD

in #spanish7 years ago

Buenas noches para los compañeros que comparten esta experiencia. No sé si violo alguno de las normas establecidas para la dinámica del taller por los lapsos establecidos para las intervenciones (me disculpo con ustedes si es así), pero quería comentar un aspecto más que me parece pudiese prestarse a malos entendidos, y es el que tiene que ver con los signos de puntuación y su uso; en especial por lo que señalo a @poesiaempirica en mi comentario de su cuento. No quisiera a hacer cátedra, como dice una muy querida amiga que comenta acá, pero creo que es necesaria la aclaratoria, porque además me permite ahondar en el cuento que comentamos.

En primer lugar, con respecto a los signos de puntuación, hay que distinguir al menos dos dimensiones: una normativa y otra pragmática. Una se refiere a la parte reglamentaria en sí misma, al asunto gramatical; la otra al uso que hagamos de esa norma, esto es, ponerla en práctica, en funcionamiento, cuando escribimos un texto. Se dirá que hay que acatar la norma en el uso y ya está, pero esto no es así del todo, porque la regla siempre deja cierta libertad (así sea mínima) a quien escribe, para decidir la manera particular en que usa el punto, la coma o el punto y coma; me refiero al caso de textos de no ficción, un texto expositivo, o uno argumentativo o uno instruccional.

No ocurre así con los textos narrativos y los poéticos, en los que los que es posible transgredir algunas de estas reglas, pero no por simple capricho o para justificar el desconocimiento del autor, sino para potenciar las posibilidades expresivas y comunicativas de la lengua. De hecho, existen las llamadas licencias poéticas, que no son más que la autorización expresa a violar una regla del idioma, de modo que el poema pueda lograr su intención comunicativa, o se pueda ajustar a la forma poética específica, al molde escogido. Aunque acá hay mayor libertad, eso no significa que podemos hacer lo que nos da la gana, arbitrariamente. En los ejemplos aludidos, a pesar de que se transgrede el uso de la coma o cualquier otro signo de puntuación, el lector no deja de comprender e interpretar la historia; es decir, no se sabotea la comprensión de la historia.

El cuento “Ser” del venezolano Luis Britto García me parece muy bueno para explicar esto en el caso de la narrativa. Incluso violando unas cuantas reglas gramaticales (supresión de signos de puntuación, elisión de los elementos oracionales –salvo el sustantivo y el adjetivo–, entre otras), lo que deja al texto como una lista aparentemente caótica, el lector puede descubrir la vida completa del personaje principal desde su nacimiento hasta la muerte. Con esto el cuento ve cumplida su intención expresiva y comunicativa.

Ya hemos visto que, de acuerdo con lo que señala @poesiaempirica, el hecho de que haya dispuesto el cuento en un solo párrafo fue intencional, con un propósito que estaba al servicio de la narración y del efecto que desea producir en el lector. Eso me parece defendible y respetable. Y me parece respetable cualquier uso intencional y deliberado que implique un quebrantamiento de la norma, ese precisamente ha sido uno de los postulados de cierta literatura vanguardista. No creo que se pueda decir lo mismo con el uso de la puntuación, que te invito a revisar para que el cuento potencie lo que ya tiene en su versión germinal. Lo que sí creo que es necesario evaluar acá es hasta qué punto se interfiere con la cooperación con el lector o en efecto el texto colabora en el proceso de interpretación. Y, a partir de allí, tomar las decisiones que creas conveniente.

Un abrazo, @poesiaempirica, con el mejor deseo de que estos comentarios sirvan de algo en tu propio crecimiento como narrador. Ya de mi parte te puedo decir que ha sido una lectura muy nutritiva, enriquecedora en todos los sentidos. ¡Salud!

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¡Gracias de nuevo!
D.