Aunque los libros, las películas, y los comerciales digan que lo único que envejece es el cuero, la ciencia no está (exactamente) de acuerdo. Es posible sentirse más joven de lo que uno realmente es, pero ese comportamiento de las personas más viejas que sueles describir como “tonto” y “aburrido” y el comportamiento joven que los ancianos han denominado “rebelión sin causa” tienen una base biológica. Y es imposible evitarlo.
7 – Tu cerebro dejará de disfrutar la nueva música.
Cuando eres un niño, la peor música del mundo es cualquiera que tus padres estén escuchando. Entonces, cuando creces, la peor música del mundo es cualquiera que los adolescentes escuchen.
Si estás leyendo esto y te encuentra en una etapa entre “niño” y “adulto”, seguramente estás pensando que nunca vas a dejar que tus gustos musicales se congelen en el tiempo. Seguirás encontrando nuevas bandas, manteniéndote a la vanguardia, escuchando diferentes estilos hasta el día en que finalmente mueras.
Pero no. A medida que envejeces, tu cerebro se hace cada vez menos capaz de lidiar con la dopamina, la hormona que nos permite sentir aquella “emoción” y “adrenalina” cuando escuchamos una nueva canción que nos gusta.
Así, de forma inevitable, en algún punto de tu vida, tu gusto musical se estancará. Si aún eres joven y quieres saber cómo te sonará una canción nueva cuando tengas cincuenta años, intenta ver un programa de televisión destinado a los niños. Analiza cuanto tiempo puedes tolerarlo.
6 – El deseo de rebelarte desaparecerá con la edad.
Los adolescentes de hoy deberían avergonzarse de sí mismos. Tiroteos, drogas, embarazos no deseados, vandalismo, bullying… cualquier ciudadano anciano puede decir con toda confianza que el mundo está al borde del colapso y, si quieres una prueba, solo basta mirar el estado de descontrol en el que viven los adolescentes del mundo.
Claramente, nuestra sociedad inmoral arruinó a nuestros jóvenes, tapizando sus mentes con videojuegos violentos, Big Brothers y libertinaje. Basta con imaginar lo que sucederá cuando estos pequeños monstruos crezcan.
En realidad, no necesitamos imaginarlos. Ni siquiera tenemos que preocuparnos. Estos pequeños monstruos se transformarán en los vendedores de seguros y auxiliares administrativos que nunca soñaron ser, de la misma forma que sus padres.
Y todo es culpa del cerebro. Los estudios sugieren que, aunque se desarrolla muy rápidamente durante la infancia, las partes que le permiten sentir empatía y culpa demoran más en desarrollarse. Peor aún: la pubertad realmente afecta la capacidad de tu cerebro para leer emociones, de forma que, durante un lapso, eres menos comprensivo a los 15 años de lo que eras a los 6. La combinación de un sentido subdesarrollado de remordimiento y la incapacidad de decir cuando está lastimando a alguien, significan que el adolescente promedio es más propenso a gritar “Te odio mamá” cuando ella le pide recoger su colección de calzones sucios del suelo.
Sin embargo, eventualmente, el ataque hormonal disminuye y comienzas a sentirte mal por todas aquellas veces que llamaste idiota a tu madre. Esto ocurre aproximadamente al mismo tiempo en que comienzas a reclamar que los adolescentes son unos idiotas.
5 – Tu cerebro empezará a disfrutar las cosas aburridas.
Además de excepciones ocasionales, resulta raro ver ancianos conduciendo autos veloces, jugando videojuegos violentos o haciendo cualquier otra cosa emocionante. Este es uno de los mayores temores de los adolescentes sobre la vejez – la vida adulta parece increíblemente aburrida. Cada uno de nosotros, en algún momento, prometió que eso nunca sucedería.
La buena noticia es que no es tan malo. Ese cambio de pensamiento tiene sus raíces en la química cerebral. En la adolescencia, el cerebro es menos activo en las áreas de motivación y planeación, y más altamente activo en las zonas basadas en la recompensa. Por esta razón, los más jóvenes se sienten atraídos hacia actividades que retornan una alta satisfacción inmediata. Algo como ser empujado en un carrito de supermercado por una calle transitada mientras sus amigos gritan “¡Uh Uh Uh!” y lo lanzan con fuerza.
Sin embargo, más tarde en la vida, esa parte del cerebro que busca emoción se calma y comienzas a obtener más satisfacción de conquistas más “modestas”, como tener un bonito jardín. En general, significa que estás más dispuesto a esforzarte por alcanzar objetivos a largo plazo. Pasar un día entero frente a un videojuego comienza a parecer un desperdicio de tiempo.
4 – Será físicamente imposible que te duermas muy noche.
Cuando eres joven, crees que no hay nada más increíble que quedarse despierto hasta muy noche, y tus padres suelen reprenderte por ser un perezoso desobligado. Tus padres también podrían reprender (si se atrevieran) a tus abuelos por ser aparentemente incapaces de mantenerse en la cama más allá de las cinco de la mañana en un sábado.
No es que los adolescentes sean desobligados o que los ancianos sean unos ansiosos. El sueño es dictado por un producto químico en el cerebro conocido como melatonina. Los científicos probaron la forma en que los adolescentes producen melatonina a lo largo del día, y descubrieron que sus cuerpos trabajan en una especie de “estado permanente de jet lag”, en que se mantienen más alertas durante el periodo de la tarde-noche, pero tienen dificultades para despertar en el periodo de la mañana.
Esta química cerebral continúa cambiando hasta la edad adulta, es decir, cuanto más envejeces, más difícil se hace permanecer en la cama, incluso si lo intentas. Entonces, un día, sentirás un impulso irresistible por pasar la aspiradora por la sala mientras nace el sol en un agradable domingo, para ir a dormir ese mismo día a las siete de la noche.
3 – Dejarás de intentar cambiar al mundo (hombres).
¿Acaso no resulta triste ver a esos sujetos de mediana edad que fueron grandes líderes revolucionaros en sus años 20, solo para transformarse en aficionados al golf cuando llegaron a los 45? Sé lo que estás pensando: que nunca serás como esos viejitos, que siempre vas a mantener tus convicciones.
… probamente no será así. Existe una concepción común de que los hombres “piensan con la cabeza de abajo”, pero esto no es más que un estereotipo obsceno e insultante. En realidad, debemos corregir esa frase para “los hombres piensan con las bolas”.
Más específicamente, todo es culpa de la testosterona. Los hombres tienen mucho que agradecer a esta hormona. Es la responsable por dar forma al cuerpo masculino durante la pubertad, en términos de masa muscular, voz más grave, crecimiento del pelo y virilidad sexual. Pero estos cambios no se detienen después de que te “conviertes en un hombrecito”: siguen durante toda la vida.
Los niveles de testosterona alcanzan un pico cerca de los 40 años y, en seguida, comienzan a disminuir. Es por eso que la panza se hace más difícil de eliminar y también por eso cosas como los dolores musculares y el aumento de la fatiga diurna comienzan a aparecer. Sin mencionar los cambios en la altura. Un bajo nivel de testosterona puede resultar emocionalmente devastador para los hombres, y entre los síntomas se incluyen el aumento de la irritabilidad, depresión y la falta de motivación.
La condición se conoce como “andropausia”, la versión masculina de la menopausia que las mujeres experimentan, y es la razón más probable para explicar la crisis de la mediana edad de los hombres. O ellos comienzan a combatir ese proceso con cambios superficiales (como autos deportivos, ropa de moda, con una carrera en el rap), o se contentan con sus pantuflas y un poco de té para que la opinión de cualquiera pase de largo.
2 – Empezarás a comer comida sin gracia.
Pero, a medida que llegues a los 30, volverás la vista y sentirás el mismo disgusto por tu dieta de pizza y sándwiches en tus años de universidad.
Tus deseos se van haciendo más sofisticados con el tiempo, y de pronto estás creando tus propias recetas y memorizando el número exacto de segundos que un filete debe permanecer en la parrilla para que quede perfecto.
Entonces, ¿por qué las personas terminan comiendo porquerías horribles todas las noches? No importa lo que suceda en tu vida, tu jamás comerás tostadas y atole siete veces a la semana, ¿cierto?
No es por elección que nuestras dietas pierden la gracia a medida que envejecemos. Las personas más viejas simplemente no pueden sentir el gusto de ciertas cosas, y principalmente debido a la resequedad en sus bocas. Conforme se envejece, la boca produce menos saliva, algo que resulta esencial para el gusto.
Además, las personas más viejas también tienden a simplemente perder el apetito y la alegría de comer. Entonces, aunque un platillo delicioso acostumbre a ser lo cotidiano en tus años de juventud, eventualmente se convertirá en una tarea difícil, especialmente cuando una tostada seca tiene el mismo sabor que un fetuccini de pollo. La ventaja es que resulta más fácil preparar la tostada, por eso siempre resulta vencedora.
Nos gusta pensar que el gusto por la comida no hará más que mejorar a medida que nos pongamos viejos, ¿verdad? Serías incapaz de comer las asquerosidades que muchas veces comen los niños, todas las bebidas azucaradas, los nuggets de pollo congelados y las coloridas golosinas.
1 – Tus memorias del pasado se convertirán en los “viejos y buenos tiempos”.
¿Por qué las personas que envejecen creen que todo era mejor en el pasado? ¿Acaso el mundo se está yendo al infierno constantemente o, como el resto de las cosas en esta lista, no es más que un cambio biológico aconteciendo en la cabeza de los ancianos?
Sí, la tendencia de las personas de edad por divagar sobre el pasado realmente puede haber sido programada por la evolución. Y eso significa que vas a hacer lo mismo tan pronto como te sea posible.
De hecho, la nostalgia tiene un efecto evolutivamente benéfico: sirve como un antidepresivo natural para el cerebro. El peso de las tensiones de la vida se acumula con la edad y la responsabilidad, y así tener una mayor cantidad de experiencia de vida para recordar ayuda al cerebro a calmarse para que nos permita seguir existiendo.
En los tiempos prehistóricos, el riesgo de deprimirse en una caverna fría donde no había TV hubiera sido una sentencia de muerte. Los que sobrevivieron a este mundo habrían sido los únicos que lograron mantenerse motivados año tras año. Por lo tanto, sería un gran beneficio para la humanidad si el envejecimiento viniera con algún tipo de mecanismo de defensa contra toda la miseria y el aburrimiento. Este mecanismo terminó siendo “recordar los buenos tiempos” para aquellos que quieren escucharlos.
Forma parte del ciclo de la vida. Es decir, no reclames todas las historias a tu abuelo, toda vez que tú también incomodarás a tus nietos de la misma forma, todo en nombre de la supervivencia de la especie.
Rennyer.
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