Para ser lleno de esperanza debes estar quieto, y verás su calma reposada en tu confianza por aquel que inspira bonanza, descansa en sus brazos, reposa el momento que te brinda para que puedas entender que en la quietud, hay una luz que quiere que tú puedas ver, y allí comprender que en Dios se aprende lo que ÉL es.
Solamente ten confianza, Dios comprende por donde pasas, Él quiere extender sus manos para que estés quieto, para que veas lo que Dios hace. El salmista David vivió su momento de desesperación, sin comprender que allí estaba Dios viendo su dolor, queriendo ayudarlo, pero debía aprender que en la quietud se mueve Dios.
Salmos 46:10, “Estad quieto y conoced que yo soy Dios”.