Estoy participando en el concurso Embajadores exclusivo para escritores, ¡únete, eres bienvenido si te gusta escribir!
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Cabe aclarar que este post fue escrito entre @purapapita y mi persona @reciclajeymas, hemos creados dos partes, siendo esta la segunda.
Literatura erótica.
Sus corazones palpitaban al unísono, quejidos, y olores hacían el hechizo. Allí lo tenía como ansiaba Geo: potente, todo erguido, en pleno desborde, llenándola toda, insaciable como es ella, le pide probar el néctar de su entrega... mientras toda la humedad de ella se derrama. Luego de aquel estallido, en aquella calma, se relajan se abrazan, Ed le acaricia el cabello, ella susurra a su oído palabras en francés, quizás un te quiero… o conociéndola, alguna de sus ocurrencias provocativas.
Geo tenia muslos anchos, de reversa hacia a mí, de rodillas, me sentía deleitado acostado boca arriba entre sus piernas, me daba la espalda, una vista de orgasmo, sus glúteos daban la forma a un durazno, redondos, con la nuez al descubierto en el centro, aproveché en deslizarle mi mano derecha desde el borde de sus caderas rodeando la circunferencia, deslizándome por la tangente de sus piernas, suave como quien acaricia un gato, y en vez de ronroneos gemía, los movimientos nacían por si solos, apreté con mi mano izquierda la punta de la “M”, amasando el deseo de devorarla, además de entrar e irme enseguida en un vaivén de imanes, casi sentía que nos uníamos en un único ser.
Introduje mi dedo pulgar en tu flor, soltaste un respiro profundo, sonriendo subliminalmente en silencio lo traducía: “Sin vergüenza descarado”. Me encantaba la forma como reías en pleno acto sexual, mirándome con ojos de amistad, amigos con beneficios, sentíamos una confianza crucial que nos cambió la imagen de ambos, no era un joven de 21 ni ella 36, no existía diferencia juntos cumplimos la eternidad, sin cohibirnos, cambiamos de posición, abrí mis piernas mientras seguías de misionera enlazando las tuyas debajo de las mías más cerca, otro espejo al frente de ti que a veces observo, cerrando los ojos, mordiendo el labio inferior con esporádicas salidas de la lengua saludando por el exterior.
Te dabas cuenta de mi impertinencia, me muestras los dientes en otra sonrisa, bajas cabeza y la melena te cubría por completo, subías la cara otra vez entre tus lisos, fijamente me miras picando el ojo derecho, lanzándome un beso a discreción. Sin parar en ningún momento, me sentía invulnerable, invencible e increíble capaz de hacer cualquier cosa y sin necesidad de quererlo, me bastaba estar contigo, agitado mi abdomen con el inhalar y exhalar ardiente con el latente corazón, mi cuerpo excitado, fluía una energía desde mi torax, mis pulmones extendiéndose en respiración de cardio.
De modo espontáneo, de reflejo te plasme una nalgada que abriste una expresión de satisfacción, “Me vuelves a tocar y no quiero arrepentimiento” en tono de regaño con tu acento de madura lasciva, “a mí no me estés dando órdenes”, le di otra con más entusiasmo que la primera, soltó un gemir “¡ahh!” de desahogo, se levantó de ipso facto, me asusté creyendo que de verdad estaba molesta confundido por su cara de rabia, sentado boquiabierto me empujó contra la pared apretándome los cachetes con la diestra.
“Te gusta lo hardcore niño”, la zurda me propino una cachetada que me timbró, una marca enrojecida, rojo como mi calentura, mi sien ardiente de fiebre lujuriosa, cerré los ojos, tomé una honda respiración profunda mientras mi cuerpo se endurecía, preparado para lo que venía. Agarras mis cachetes repitiendo la escena, te miraba, no eras la misma del principio, eras tú una nueva persona que me daba gusto conocerla, la malicia, perversidad y sensualidad en su mayor auge. Sentado de espalda en la cama contra la pared, la siguiente cachetada exacerbo mis ganas.
Apunto de desahogarme, tomaste iniciativa te volteaste parada tus piernas en forma de v inversa, inclinada y arqueada apoyaste tu vagina en mi cara mientras mi lengua en tus labios expresaba una vorágine de venganza. Rodee el clítoris, penetre con mi lengua, eufórico aferrado mis brazos tersos y definidos en sus caderas de infarto, haciendo ruidos como quienes se besan por primera vez, te meneabas osadamente en mi rostro acelerando el ritmo con manoseos en el pecho, semi volteada usando la mano sobrante en mi nuca, por las greñas dominándome con rudeza en contra de tu delicia presionándome en compás me manejo junto a sus meneos.
Partícipes de un coctel de sensaciones, la celeridad se masculló hasta el momento cumbre y célebre, destacándose como en su primer debut, absorbía su esencia sin pausa, ambiciosos de más, no bastaba, querían más, y más, Ge exclamó: “¡más rápido Eduardo!” suspiros, gemir, saboreando con sonidos de la nariz evidenciados en un “mmm”, Ed motivado con la inspiración de un hércules, victorioso cumplió con la meta propuesta de ambos, Ge intentó separarse de Ed por el climax que la sensibilizó en su record, él se aferró como un bebé en los brazos de su madre, pero a sus piernas a culminar un sexo oral de película hasta que cesara su agitación de divinidad. Ge extasiada con su cuerpo caliente veía a la nada del techo blanco recostándose en la pared deslizándose a su compañía, admirando un punto ciego y su conciencia en el firmamento.
“Me fascinas”, se escapó en unos segundos de libertad no contuve mis palabras, -¿Qué te fascina?-, -tu voluntad de fiera independiente-, me empuja risueña y sonrojada -idiota - me observa fijamente entre cerrando delicadamente con minuciosidad, se acerca para un beso, un beso dulce con el sabor de su éxtasis. -Si mañana muero, contaré en el cielo que ya conocía el paraíso- Georgina se reía de los disparates que ocasionalmente le nacían al romántico de Ed, a la vez le gusta por la inocencia y gracia que soltaba el viril muchacho que conquistó.
Majestuoso compañera linda, acabo levantarme, que mejor sorpresa que ver la segunda parte lista, bonita y posteada puntualmente \o/ ♥
Gracias a ti por confiar en mi, para acompañarte en los proyectos