Como ya lo mencioné en una anterior publicación, me gusta escribir poemas y hace ya algún tiempo, intenté escribir un poemario, el cual llevó por nombre Lágrimas a Plazo Fijo. Sí, lo sé, el nombre no es muy poético, pero en ese momento significaba mucho para mí ya que los poemas fueron inspirados por la ruptura de una relación la cual me rehusaba a terminar, y por ende, no me liberaba del dolor. Hasta que un día, cuando ya nuestro tormento había acumulado muchos "intereses", llegó el verdadero momento de decir adiós y ambos lloramos por todas las veces que nunca lo hicimos mientras duró nuestra ilusión.
A veces el cielo también retiene sus ganas de llorar, hasta que a las nubes se les desbordan los sentimientos y terminan lloviendo a cántaros
Lo bueno de esta historia de amor y dolor fue que pude drenar toda mi tristeza en palabras que nadie ha visto aún y que a continuación comenzaré a mostrarles.
Comienzo esta serie de poemas con uno que escribí poco después de haberme resignado a que nada volvería a ser como antes entre mi ex y yo, y que, de ahora en adelante, solamente sería yo con el amor que aún le tenía. Este primer poema se llama:
Contradicción
Porque te escribo para olvidarte entre mis letras
y te leo para extrañarte
en el olvido.
Porque me miras y siento que existo
aunque no exista más
en tu mirada.
Porque aunque sé que eres
la mitad que me falta,
siento que yo soy la mitad que te estorba.
Porque es tu nombre la más concurrida de mis palabras
aunque ya no escuche más el mío
en tu voz.
Porque por ti inhalo para evitar el insomnio
e invoco al insomnio
para evocarte a ti.
Porque a pesar que siempre seas la musa de mis poemas
es mi dolor la tinta con que los escribo.
Porque por ti sonrío como un loco entre la multitud
aunque mis ojos sepan que tú eres la única razón
de mis lágrimas.
Porque contigo siempre busco ser lo que no soy sin ti
aunque sin ti no siempre pretenda ser
lo que soy contigo.
Porque hoy vivo con la expectativa de morir de soledad mañana
y quizás muera hoy mismo
con las ganas de verte volver.
Porque aunque olvidarte ya no sea una alternativa
sino la única solución,
prefiero torturarme
recordándote
que vivir libre
sin ti.
Porque te quiero y a veces quiero no quererte
pues siento que no te quiero como debería
y que no debiera quererte como te quiero.
Porque por ti mi vida está llena de contradicciones
y de todas ellas, la más bonita y dolorosa
ha sido amarte.