El sacerdote obrero Mariano Puga, hasta hoy es un ser mágico, llegado de quizás que galaxia sub realista. El día de nuestro matrimonio civil, nos dio la bendición y “el permiso” para vivir juntos con mi esposo, porque nos conocíamos poco tiempo, (un mes y medio) así es que nos aconsejó que “Probáramos primero” y si nos resultaba la vida en común, nos casaría con el sacramento del matrimonio católico. Luego de cuatro años de matrimonio civil y una familia formada con nuestra hija Daniela (@dcaroa) corriendo por todos lados, el cura considero que "ya estaba bueno de prueba" y nos casó.
Defiende a las personas que han sido abusadas por sacerdotes, les acoge y denuncia, También defiende con fiereza a las mujeres que han abortado, les escucha y acompaña, no juzga a nadie, pero cuando ve injusticias, no se queda en la pasividad de la denuncia barata, con la diversidad de su lenguaje, que puede ser académico, coloquial o incluso algo violento, enrostra a quien sea sus acciones, defendiendo y aclarando sus puntos de vista.
Durante la larga noche de la dictadura militar en Chile, Mariano siempre se encontraba al lado del que estaba sufriendo. Fue detenido y torturado al menos siete veces reconocidas en los listados de los centros de tortura. También con dolor participo en los funerales de su amigo y compañero de fe, el sacerdote Francés André Jarlan, asesinado el 4 de septiembre de 1984 por las fuerzas de represión (Carabineros de Chile) en una población obrera, “La Victoria” donde vivía ejerciendo su labor de pastor_. Al igual que el sacerdote Mariano Puga, que en esa época vivía y vive en la actualidad en la población obrera “Villa Francia”.
Gran defensor de los Derechos Humanos en dictadura, integro el movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo, cuyas armas eran arrodillarse en grupo frente a las casas de seguridad y tortura, rezar el rosario, cantar himnos cristianos, y rezar, rezar y rezar, hasta que llegaban las fuerzas militares, intentaban disolver el grupo con gases lacrimógenos, agua contaminada, y finalmente les tomaban a todos detenidos, ya que, la respuesta a las agresiones, era abrazarse apretadamente, recibir los golpes para luego ser arrastrados/as por los suelos por las fuerzas especiales, mientras los himnos Cristianos y de libertad se dejaban oír fuerte entre tanta barbarie.
En su mayoría el movimiento contra la tortura estaba formado por curas, monjas, pastores evangélicos, protestantes, gente pobladora, universitarios, familiares de detenidos desaparecidos etc. Unidos en la fe de que el hombre debe ser realmente libre para pensar y actuar. Si bien fue una época brutal, creo que ha sido el espacio de tiempo en Chile en que la gente se encontraba más unida, teníamos ante nosotros un enemigo común, que lideraba un grupo pequeño en relación a la población del país, pero este pequeño grupo le hizo mucho daño a Chile, y sus consecuencias aún las estamos sufriendo.