The game

Amor a quien lo merece, atención para el más atento, tiempo a la dedicación y prioridad al importante.

Me llena de pesar la idea de ser un perdedor. Perder confianza, alegría, humor y energía. La vida no es un juego, pero soy un jugador. Pierdo por equivocarme al pensar que no puedo ganar solo. ¿Es un código raíz? ¿Acaso estoy en la Matrix? Si es así, soy el elegido, romperé códigos y crearé los míos. Si es una ilusión y nadie puede verlo disiparé el Tsukuyomi que me ha de atrapar; ese Uchiha no va a ganar.

No escucho palabras. No comprendo la lógica. Mi pensamiento es fuerte y se abre paso entre el ejército sin voz. No sé de razones, no sé si la tiene, pero mi decisión es final así como Jhon Nieve.

Actúo sin remordimientos, nada cruel pero sincero. Pienso que es mejor ahorrarme para mí y no desgastarme en terceros. Buena calidad demanda tiempo y dedicación, si lo pierdo sin provecho no seré un buen jugador.

Poco, a veces es mucho. Cualquiera puede ganar y no me subestimes tan pronto que no he comenzado a jugar.