Punto de vista
La perspectiva de una realidad está íntimamente relacionada en la construcción del conocimiento y la cosmovisión de todo aquello que lo rodea y tiene significado para el ser humano. Es la comprensión e interpretación de la cosa que observa y en la relación de las múltiples dimensiones que subyacen en la persona y el sentido que le da a la misma.
Es así, como una misma realidad es percibida con una amplitud de interpretaciones que nacen desde la interacción con el contexto, las creencias que fundamentan su existencia, los valores cultivados en la relación con otros seres humanos, en la cultura nacida de las comunidades y hasta el estado de ánimo que pueda tenerse en una situación dada, todo esto tiene influencia en el comportamiento y por supuesto en la forma de observar un acto fenomenológico. Pero ¿cómo explicar al otro mi punto de vista? como entender al otro su punto de vista? Para ello es necesario ver a nuestro alrededor, lo más cercano y no tan cercano, ver más allá, al universo. Comprender que existe una relación y conexión con todo aquello que se percibe y no se percibe, que nos mantiene unidos y en contacto con la vida.
Por ello, es necesario abrir espacios con pensamientos amplios no coaccionados ni fragmentados, redimensionando y reconfigurando las ideas para poder interpretar todo aquello que nos rodea, dándole un sentido apropiado y aceptado con legitimidad.
Para poder internalizar y poner en práctica todos estos elementos dimensionales que intervienen en la construcción del conocimiento, es prioritario crear espacio que faciliten el intercambio de saberes, donde existan interacciones e interconexiones de pensamientos, donde fluyan ideas generadoras de nuevos conocimiento y facilite el intercambio.
Pero, para que esto resulte es necesario un repensamiento hacia una praxis transcompleja, Este proceso seria el resultado de una transpraxis, una visión ampliada de la realidad, abordada desde un paradigma emergente, donde fluyan libremente las acciones, que involucre a todo y a todos en una pluridimensionalidad del pensamiento complejo de Morin (1996) y la transdiciplinariedad de Basarac (1996), y por otra parte donde confluyen aquellas dimensiones relacionadas con el ser humano y su comportamiento social de acuerdo a los expresado por Shavino y Villegas (2010) un proceso bio-afectivo cognitivo y socio-cultural-institucional-político.
En otras palabras, un compendio de información y relaciones conjuntas que no tiene límites, sino por el contrario abierto y flexible, bajo una relación amigable y cooperativa, brindando la posibilidad de hacer emerger ideas donde se promueva la inventiva. Esta postura conlleva a generar una nueva cosmovisión de la realidad praxis educativa, asumiendo con responsabilidad el intercambio de conocimientos y conexiones sociales con todo aquello que nos rodea, lo que podría llamarse una transpraxis docente.
Por ello, es prioritario ver el aula de clase, como un escenario de contacto y conexiones extrasensoriales con el semejante y con el universo, poniendo en práctica la carga experiencial de los actores. Para ello, se requiere asumir un nuevo paradigma, sujeto a una concepción epistemológica transcompleja, que dé respuestas a las inquietudes de un estudiante, rompiendo barreras de la visión lineal, parcelada y reduccionista, con apertura a un pensamiento reflexivo continuo como eje promotor de conocimientos y por otra parte, aprovechar los espacios bondadosos de las transdisciplinariedad, donde confluyen y están inmersos los diferentes contenidos y competencias en la amplitud de saberes. Lilia Moncada
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