Cuando un amigo se va deja un espacio vacío, que no se puede llenar ni con la llegada de otro amigo…!!
Cuando nunca hemos pasado por la experiencia de separarnos de un ser cercano a nuestra vida, con quien compartimos el diario vivir, con quien compartimos ideas, sueños, experiencias etc. Y cuando ese momento llega, no tenemos ni la mínima idea como lidiar con ese dolor inmenso que se siente en lo más profundo de nuestras almas. Y no le damos la importancia, y el tiempo que realmente se merecen. Nunca nos imaginamos que en algún punto de nuestras vidas sufriremos la penosa y triste separarnos física, de una persona amada. Nunca pensé pasar por tal situación, nunca había experimentado ese dolor tan de cerquita solo Dios nos da la fuerza para superarlo y seguir con nuestras vidas
Me toco pasar esta experiencia que ha marcado de una manera muy significativa mi vida y quiero compartir con ustedes. Este hecho me ha llenado de nostalgia y muchos recuerdos. La partida; ¿La partida? ¡Si! Exactamente la partida de un amigo, porque cuando tenemos vida en nuestro corazón nuestra alma nunca muere permanecemos vivos por la eternidad, y esa vida eterna solo la da Dios en su gracia y misericordia, porque es por gracia y no por obra, a lo mejor muchos difieran en este punto, y les respeto pero en eso creo.
Se trata de un amigo teniendo por nombre Luis Daniel Silvera cariñosamente le decía “Amiguito Loquillo” , que cada día alegraba mis mañanas y cada momento que podía exprese a través de medios electrónicos, mensajes, toques, imagen, nota, portal web cualquier cosa que se le ocurriera para llamar mi atención. Debido a que vivíamos en lugares distintos, estados diferentes, separándonos por distancia significativa se nos complicaba compartir personalmente pero siempre nos manteníamos comunicado, mas por su parte el que insistía en saber de mí que yo en él. Hasta que llego el tiempo en que no podía tampoco estar sin saber de ¿Cómo estaba? ¿Qué hacía, que había hecho? ¿Si había comido? ¿Si había trabajado? ¡En fin! cosas de las cuales uno se preocupa. Sin saber que quedaba muy poco tiempo para compartir. Teníamos aproximadamente 3 años conociéndonos mas no nos tratábamos, hasta un día me sorprendió un mensaje el cual decía: ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿A que no sabes quién soy? soy tu admirador secreto. Y como no tenía ese número registrado obviamente no sabía de quien se trababa. Hasta que le descubrí y desde ahí comenzamos a mantener una amistad.
En cuanto a mí, al principio no era muy receptiva a su trato, era de esa persona que nunca solía expresar mis sentimientos comportándome de manera muy “hermética” por así decirlo, sin dejar a la vista de cualquiera lo que sentía o lo que pensaba, siempre con el prejuicio de “es que él es muy diferente a mí, no lo quisiera como amigo” cosa en la cual estaba muy herrada no podemos siempre buscar o aceptar a las personas solo por pensar como uno lo hace y rechazar a las que no, como diría Mario Benedetti “se trata de coincidir con gente que te haga ver cosas que tu no ves. Que te enseñen a mirar con otros ojos.” En el tiempo que compartimos así fue el para mí, sus temas de conversación, criticas siempre me parecían interesantes aunque siempre diferíamos de ellos aprendí, siempre me solía decir la expresión de “Zapata: sino la gana la empata” para hacer referencia de que era muy porfiada o muy insistente en lo que pensaba y no me doblegaba tan fácil pero a la final siempre llegábamos a un acuerdo a un punto donde los dos coincidíamos. Era una persona siempre optimista, con muchos ánimos de seguir en su crecimiento personal, adquiriendo conocimiento cada día. ¡Fue un ejemplo para mí!
En otra oportunidad estaré dándole continuación a mi historia… Espero que le sea de ayuda y reflexión si quieren seguir leyendo mi historia estén muy pendiente que en los próximos días estaré post. ¡Gracias por votar!
.