Hace más de dos meses llegué a Montevideo, tenía años planeando venir. Cuando anuncie que venía la gente me dijo "qué bueno, al menos no existen la barrera del idioma", y tienen razón. Pero existe una barrera tan alta como esta: la barrera del dialecto, con modismos incluidos.
Mis vecinos son uruguayos, mi jefe es uruguayo, todos, a excepción de mi roomate y algunos amigos, son uruguayos. Una amiga me había advertido que hay palabras que jamás puedo decir en publico durante mi estadía acá, pues son obscenas, ofensivas o no existen.
Un ejemplo de esto es la palabra canilla. En Venezuela, la canilla es un pan parecido a la baggette, mientras acá la canilla es una tiene tubería. Otro ejemplo es la "factura", en mi país una factura es una nota de pago, mientras acá es un bizcocho.
Pero la palabra que JAMÁS se puede pronunciar en público es concha". Sí, concha. Lo que para el venezolano es la piel de la fruta, en exoesqueleto de un molusco, el caparazón de una tortuga, para el rioplatense es sinónimo de vagina.
Y no es que la vagina sea algo ofensivo u obsceno, pero la palabra (concha) parece estar cargada de un aire ofensivo que raramente se observa en esta época.
Siempre me dijeron "procura no decirla en el ómnibus" y creo que esto tiene que ver con la vergüenza que uno pueda pasar, o con lo ofensiva que puede ser. Pero ¿acaso no hay gente que se llama concha? Es una simple palabra, y está bien que acá resulte ofensiva, en España sea un nombre y para venezolano es la piel de las frutas.
El otro día, en el trabajo, estábamos conversando sobre las cosechas de este año, las manzanas y lo sabrosas que son. En una de esas comienzo a explicar que en Venezuela la manzana es exageradamente cara, y que se acostumbra a quitarle la concha para luego comerla. Sí, dije concha. Sí, en presencia de uruguayos.
Por suerte mi roomate es de Venezuela, y tras una maniobra veloz pudo excusarme alegando el poco tiempo que tengo en el país y lo acostumbrado que estoy a utilizar los términos a la venezolana.
Al menos no pasé bochorno, no soy de avergonzarme. Pero entendí que acá la manzanas tienen cáscara y las mujeres "concha".
Interesante éste tipo de diferencias en la cotidianidad de cada país, me pregunto cómo será Latinoamérica de aquí a 200 años más, cómo evolucionará la cultura y si logrará conseguir su identidad. Buen post.